| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La UE avergüenza a España por los desprecios del Gobierno de Sánchez e Iglesias

El presidente del Gobierno ha decidido alejarse de la línea marcada por Francia y Alemania por lo que la UE apostará por colocar a Polonia por delante de España.

| A. Jiménez España

La nueva política europea del Gobierno de coalición, alejándose de las principales potencias europeas, como Francia y Alemania, están comenzando a pasar factura a la reputación de España como uno de los grandes países que conforman la Unión. De hecho, España ya no está en la lista de posibles sustitutos de Reino Unido en el grupo de liderazgo de la UE ya que ha decidido apostar por "alianzas variables" en lugar de formar un grupo fuerte con París y Berlín como motores europeos por lo que posiblemente Polonia se coloque por delante en cuanto a relevancia y peso político en la Unión.

Así, el Gobierno da carpetazo a una de las aspiraciones históricas de España, liderar Europa, debido a la presión de Unidas Podemos que siempre ha visto a Francia y Alemania como un enemigo que pretendía asfixiar a las economías del Sur. De esta manera, la nueva estrategia del Ejecutivo pasará por intentar jugar a todas las bandas, alinearse con todos y con ninguno, en función de lo que interese en cada momento, pero que deja a España sin peso político en la Unión.

 De hecho, la última reunión entre Polonia y Francia apunta a que será este país el que tome aún más peso, gracias además, a las buenas relaciones que mantiene con Estados Unidos, un detalle vital en un momento en el que el gobierno de Trump está más reforzado tras el fracaso del impeachment, dejando a España por detrás de un país que llegó mucho después y con el que el Gobierno tendrá que competir a la hora de conseguir ayudas tan importantes como las destinadas a la agricultura.

De esta manera, el Gobierno jugará a lo que llama "geometría variable", es decir, a apoyar a unos y a otros en función de lo que interese en cada momento, teniendo en cuenta la influencia de Podemos en el seno del Ejecutivo que siempre ha despreciado las políticas económicas de las principales potencias europeas, sobre todo en lo referente a la competitividad y a los ajustes presupuestarios.

Así pues Sánchez, que siempre quiere contentar a unos y a otros, tendrá que hacer equilibrios imposibles para así evitar problemas con los socios más potentes de la Unión sin requebrajar la coalición con Unidas Podemos. Un juego de malabares con difícil encaje que traerá consigo las ya habituales contradicciones en el seno del Ejecutivo, aunque la primera batalla  europea parece que ya la ha ganado Iglesias.