| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados.
Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados.

Una persona con despacho en Moncloa airea el maquillaje de Iglesias por Whatsapp

Beaumont advierte al líder podemita que debe andar con tiento si no quiere saltar de un Gobierno que vuele por los aires por sus contradicciones, no tiene más remedio que tragarse algún sapo

| I. D. Medios

"Lo más cómodo es maquillar la realidad". Esto es lo que una persona con despacho en La Moncloa le cuenta a Antonio Martín Beaumont, que añade este martes en La Razón que "tirar del juego de las ilusiones es una característica de los ocupantes del palacio presidencial". Los mismos que "toman decisiones por su cuenta y camarillas que persiguen imponer sus tesis" y que han convertido el Ejecutivo es un equipo "sin orden ni concierto": el caos reinante se antoja "anárquico" en estos días cruciales para el país.

Por no hablar de Pablo Iglesias, "cuyo reto ante la pandemia es aprovechar todas las ventanas de oportunidad e imponer su "salida" a la página más negra de la historia reciente".

Así, ya es habitual que las decisiones del Consejo de Ministros, "lejos de aprobarse en la cita del órgano colegiado, sigan abiertas a modificaciones, incluso vía WhatsApp, en medio de tiras y aflojas entre bandos de ministros".

Así ocurrió con el "permido retribuido recuperable" para reducir la actividad productiva no esencial, que vuelve ahora tras dos semanas de hibernación y desde entonces, las reuniones del Gobierno "en su mayoría han sido una pesadilla", con amagos de dimisión de ministros como Nadia Calviño y Pablo Iglesias dispuesto a lanzar una ola de nacionalizaciones ante el desafío vírico.

Por su parte, recuerda Beaumont, "el entorno del presidente no niega victorias de la facción de Unidas Podemos" pero deja claro que las ha permitido él.

Pero el entorno de Pedro Sánchez se queda de que Iglesias le presiona permanentemente: los ministros de Podemos creen que igual que los acontecimientos requieren de un revolucionario cambio del rumbo económico, también puede imponérsele al presidente un importante giro político: "Se trata de pulverizar toda tentativa centrista y arrastrar al Gobierno a sus tesis más radicales".

El director de ESdiario lo tiene claro: "El deseo de Iglesias de aprovechar el momento de emergencia para imponer su pensamiento es evidente. Ha fraguado su carrera contra el consenso de la Transición y lo que lo representa. Su teoría se sustenta en que fue una traición al movimiento obrero y cortó la posibilidad de implantar una democracia plena en España". 

De ahí que en esta crisis busque aprovechar la angustia para "inyectar sus propuestas extremistas, imposibles de financiar e inaceptables desde el contexto de la Unión Europea, para establecer una economía planificada propia de países como Cuba o Venezuela".

Claro que, advierte Beaumont, debe andar con tiento si no quiere saltar de un Gobierno que volase por los aires por sus contradicciones, por eso a pesar de estar sentado en un Consejo de Ministros dividido no tiene más remedio que tragarse a regañadientes, por ejemplo, el sapo de los «Pactos de La Moncloa» que Sánchez dice querer estampar.

Una idea cuya mera mención aterra a Iglesias tanto como para pedir al presidente cambiarle el nombre y llamarlo Acuerdo Nacional para la Reconstrucción, nombre que le ayude a justificar ante los suyos la "claudicación", envolviéndola como "mera táctica".