| 08 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez saluda a su ministra de Hacienda al término del pleno.
Sánchez saluda a su ministra de Hacienda al término del pleno.

Elecciones el 28 de abril permitirían a Sánchez estar en funciones muchos meses

La fecha de las generales tiene dividido al PSOE, puesto que la primera opción, abril, es un arma de doble filo. La votación de este miércoles fue el epitafio de una legislatura exhausta.

| Ana Isabel Martín España

Debería saber alguien tan aficionado a volar como lo es Pedro Sánchez que la ley de la gravedad es tozuda: todo lo que sube, baja. Y en este caso, de forma estruendosa y dolorosa para un PSOE en estado de shock, cuyos diputados salieron del Congreso arrastrando los pies. 

Ocho meses le ha durado el trayecto al socialista, hasta que este miércoles las enmiendas a la totalidad de sus Presupuestos presentadas por ERC y el PDeCAT sirvieron como epitafio de una legislatura más que agotada, exhausta. Si es que alguna vez tuvo ímpetu. 

Irónicamente, a Sánchez le han echado de La Moncloa los mismos que le abrieron la puerta: independentistas y nacionalistas, que creyeron que cualquier cosa sería mejor que Mariano Rajoy

El pecado original de Sánchez fue que consiguió una mayoría para destruir a Rajoy, pero en todos estos meses jamás ha conseguido construir una mayoría para sacar adelante nada. Ni siquiera con Unidos Podemos, un socio tan fiable como el Guadiana, que aparece y desaparece, como quedó demostrado cuando en enero los de Pablo Iglesias y Alberto Garzón tumbaron el real decreto ley de medidas urgentes sobre la vivienda. Aquello fue una enorme bofetada para el socialista.  

Todo en estos meses que empezaron con la presentación de un gobierno galáctico que a los cien días ya tenía dos ministros dimitidos ha sido humo de pajas. Y las pocas cosas reales, como la subida de las pensiones y del sueldo a los funcionarios, han sido herencia de los Presupuestos del PP, que el 1 de enero quedaron prorrogados.

La ministra Montero y la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra.

 

Lo vivido en la última semana ha terminado por convencer a Sánchez, a regañadientes, de que la única salida posible es convocar elecciones, intentando aprovechar la crisis de Podemos y la división en el centro derecha, con Vox horadando el terreno electoral del PP.

El presidente no anunciará su decisión hasta después del Consejo de Ministros de este viernes, así que los socialistas debaten en estas horas de incertidumbre sobre la conveniencia de una u otra fecha.

Los menos apuestan por un superdomingo electoral que pone los pelos de punta a los barones territoriales. Sigue sonando el 28 de abril con fuerza, aunque también hay partidarios de dejar los comicios generales para la vuelta del verano, una vez conformados ayuntamientos y gobiernos regionales.  

Si, como parece, Iván Redondo -plenipotenciario jefe de Gabinete- ha aconsejado a Sánchez el último domingo de abril, el panorama que se le presenta a España es dantesco. Porque todas las encuestas vaticinan un Parlamento muy fragmentado y sin mayorías claras. Éste es el último sondeo de GAD3, la empresa demoscópica que más se acercó al resultado de las andaluzas:

 

Abiertas las urnas, y con las elecciones municipales, autonómicas y europeas el mes siguiente, ningún partido querría retratarse con otros. Ello supondría meses de interinidad del Gobierno de Pedro Sánchez en mitad del crucial juicio del procés.

Al respecto de ello, la asociación de jueces Francisco de Vitoria ya adelantó este miércoles no podría suspenderse si el socialista convoca elecciones y la campaña electoral coincide con esta vista oral porque la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) no prevé esta situación como causa de excepción, según Europa Press.  

Serían meses con Sánchez en funciones; con el poder ejecutivo de servicios mínimos, el legislativo de atrezo y el judicial volcado en el juicio contra los cabecillas del referéndum ilegal del 1 de octubre. Él que venía a presidir un gobierno "que garantice la estabilidad frente a las incertidumbres y desafíos inmediatos a los que se enfrenta España", según proclamó durante su discurso en la moción de censura.