| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Las anécdotas del mitin del PSOE que parecen categoría

Parecen simples anécdotas, pero algunas de ellas encierran una profunda carga ideológica.

| Vicente Climent Edición Valencia

A la entrada del mitin en el pabellón de El Cabanyal los voluntarios repartían folletos desplegables con algunos de los principales mantras socialistas. Todo, adobado con el lema elegido para esta precampaña: “Sumem +”. Así, en el trozo de folleto dedicado a la educación ponía “Sumem + futur amb una educació pública de qualitat”. Sin embargo, en el apartado dedicado a la sanidad la palabra “calidad” desaparecía y la cosa se quedaba en “Sumem + vida amb la sanitat pública”. En este caso la calidad debe haberse quedado en lista de espera.

La intervención del speaker del acto, que se limitó a anunciar la entrada en el pabellón de los cuatro intervinientes, tuvo dos lapsus de impacto. A Sandra Gómez le llamó “Sara” Gómez (aunque se rectificó a sí mismo de inmediato), y a Pedro Sánchez “presidente de España”, como si el inquilino de La Moncloa fuera Jefe de Estado. Y rey no parece que sea ni vaya a ser.

Tras el locutor fue el turno de la líder provincial, y delegada del sanchismo en Valencia, Mercedes Caballero, con su “Buenos días Ximo”, saludado con corteses aplausos por los asistentes, y su “¡¡¡BUENOS DÍAS PEDRO!!!” respaldado por una atronadora ovación con la gente puesta en pie. ¿Queda claro? Pues por si no, consten también los saludos desde el estrado a Carmen Montón y al ministro Ábalos, los únicos señalados, y los dos sanchistas.

En su discurso, Ximo Puig, hablando de la deuda de La Marina de Valencia, citó a Santo Tomás. Pero de repente se para y duda: “bueno, no sé cómo estará (en esta audiencia) la cultura …” ¿religiosa, president? Luego no debe ser tan malo aprender nociones de historia de la religión mayoritaria en este país, aunque sólo sea para entender los discursos del presidente de la Generalitat. En los que, por cierto, a veces se confunde la T-2 del metro con la T-4 de Barajas. El mejor escribano hace un borrón.

Los cuatro intervinientes emplearon el lenguaje inclusivo, ése que duplica cualquier palabra susceptible de ser duplicada con terminación en “o” y terminación en “a”. Si hubieran optado por los genéricos el mitin hubiera acabado cinco minutos antes.

Por fin, de vuelta a casa, oigo en el metro el comentario de un militante a otro: “Sandra cada vez vocaliza mejor”. Me vino a la cabeza un anuncio de coches, ése que decía “la potencia sin control no sirve de nada”.