Anasagasti cobra su venganza contra el Rey: "Zarzuela es una pestilente cloaca"

Solamente una pandemia tan brutal como la del coronavirus podía desplazar a un segundo plano el notición que este domingo salió del Palacio de la Zarzuela. En realidad, más que un comunicado, era la sentencia contra quien durante más de 40 años ostentó la Jefatura del Estado.

Al Rey emérito le crecen los enanos y le aparecen cada vez más enemigos. Aunque algunos son antiguos, como el exportavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti. Anasagasti lleva desde su jubilación política obsesionado ya no con el propio Juan Carlos I si no también con el actual Monarca, Felipe VI.

Y, claro, le ha faltado tiempo para vengarse del antiguo Rey, con  el que trató durante los muchos años en los que fue el hombre del nacionalismo vasco en Madrid. En su blog en el diario Deia, Anasagasti llega a llamar "corrupto y gandul" a Juan Carlos I y llega a terminar su artículo con un "los Borbones, a los tiburones".

"La Zarzuela ha sido todos estos años una inmensa y pestilente cloaca", afirma. "Pero tan culpables como Juan Carlos han sido Suárez, González, Aznar, Zapatero y Rajoy que sabiendo lo que pasaba seguían permitiéndolo y seguían hablándonos de la magnífica acción de Juan Carlos, mientras a mí me quitaban el poder hacer preguntas, me señalaban con el dedo y estuvieron a punto de procesarme", recuerda.

Y sigue el exdirigente peneuvista su alegato contra la Corona enfurecido. "Afortunadamente el mar siempre devuelve sus cadáveres y Felipe VI, por puro sentido de supervivencia, le quita al padre la paga y dice que no quiere heredar ni un duro de tan sucio dinero. Pues que lo devuelva. Pero ¿alguien cree que Felipe VI no sabía nada de las andanzas de su augusto padre?".

"Me alegro de este gesto tardío, de que por fin se le quite la máscara a tan turbio – sinvergüenza y que poco a poco se vayan dando las condiciones para que llegue por fin una República al estado y a Euskadi teniendo al frente de la misma gente por lo menos honrada. Los Borbones, de una vez por todas, ¡¡¡a los tiburones!!!", concluye Anasagasti.