Orriols vive su soñado fin de fiesta

Con la satisfacción (y el alivio) del deber cumplido el pasado domingo en Girona afrontaba el Levante UD el último partido del presente curso. No obstante y pese a la relajación que un choque así acostumbra a conllevar, éste dejó una agradable ristra de impresiones positivas desde el punto de vista levantinista.

Dentro de un primer tiempo pródigo en esas buenas noticias, la primera de ellas habría que buscarla en la magnífica actuación del, hasta ahora, tercer guardameta Koke Vegas. Intervenciones de mérito frente a Lemar, Filipe Luis o Griezmann sitúan al arquero malagueño como alternativa para temporadas venideras. Mejor estreno en la presente campaña (hace justó un año debutó en similares circunstancias en Vigo), imposible.

La segunda circunstancia, de carácter emotivo, pasaba por la despedida del ejemplar capitán Pedro López. Esta vez el minuto 19 servía para, además del tradicional bufandeo por la onomástica del club, homenajear al lateral de Torrent, algo que se prolongó durante los sesenta segundos. También el chaval Fran Manzanara, obligado a sustituir a Rochina al filo del cuarto de hora, hacía gala de su aplomo y progresión en la posición de mediocentro. Así pues, el objetivo de agasajar a los menos habituales quedaba totalmente satisfecho en una jornada propicia para ello.

Pero si por algo se recordará a este Levante de la 2018-19 será por el eminente carácter ofensivo (a veces hasta temerario) que ha mostrado; algo que se ha reflejado en una tabla goleadora en la que los de Paco López terminarán ocupando el cuarto lugar a sólo una diana del tercer puesto que el Sevilla CF ostenta. A las seis minutos de partido, Cabaco hizo el primero de los dos de hoy mediante un estético recurso de espuela tras un córner peinado por Vezo. El segundo, de Roger en el 36, ejemplifica de la misma forma el potencial ofensivo granota y del "Pistolero" en particular; pese a sus pocos minutos en las últimas jornadas, su robo de balón a Thomas le permitía encarar y batir a Adán para alcanzar la nada desdeñable cifra de 13 dianas ligueras.

El 2-0 era el justo premio a la gente congregada en masa en el Ciutat - remarcable el casi lleno en un duelo sin influencia clasificatoria -, a la vez que nos enseñaba a unos pupilos de Paco López poco proclives a la relajación. Sin embargo, está si llegaría como es normal durante el segundo tiempo. La roja para Correa por entrada a destiempo sobre Chema parecía ahondar en las posibilidades levantinistas, pero el Atlético de Madrid decidiría no dejarse llevar. Poco después de que Adán detuviera un lanzamiento de Campaña que hubiera supuesto la sentencia, Rodri acortaba distancias desde similar posición a través de un trallazo con la zurda por la escuadra (2-1 min.65). 

La calidad de los hombres de Simeone empezaba a quedar patente, aunque tuvo que ser el joven Camello quien aprovechara un rechace en Manzanara para alojar el cuero en las mallas de un Koke que nada pudo hacer. El partido seguía abierto; prueba de ello sería la oportunidad de volver a deshacer las tablas por parte nuevamente de Roger, encontrándose en esta ocasión con la madera el ariete en su intento.

Ambos conjuntos brindaron un sábado tan agradable para el espectador como libre de tensiones y apreturas en Orriols. Ni más ni menos que de lo que se trataba. El Levante UD cierra otro satisfactorio curso pese a unas dificultades que le deben de servir para dar un paso más en su crecimiento.