Casado apuesta por ilegalizar el partido de Torra y por movilizar a la Policía

Hasta aquí hemos llegado. Eso parece haber dicho Pablo Casado esta mañana en el programa de Ana Rosa Quintana, donde ha hecho una apuesta sin precedentes: aplicar en Cataluña la Ley de Seguridad Nacional y la Ley de Partidos Políticos, dos cuestiones que, para entender su envergadura, hay que traducir a un lenguaje comprensible.

Lo que el presidente del PP ha pedido comportaría, de aplicarse, la ilegalización al menos del partido de Quim Torra y de Carles Puigdemont, no solo por quitar importancia a los presuntos delitos de terrorismo cometidos por un CDR, sino por ampararlos, instigarlos e incluso organizarlos.

Los CDR detenidos por terrorismo actuaron de mensajeros entre Torra y Puigdemont

"Cualquier partido que aliente la violencia puede ser ilegalizado (...). Hasta aquí puedo leer". Pocas palabras pero muy claras y con un único antecedente en los tiempos de Aznar, cuando se ilegalizó a Batasuna precisamente por una situación similar, salvando las distancias.

Es la primera vez que Casado habla con esa contundencia de la situación en Cataluña, dando un paso más allá de lo que incluso supone el artículo 155, que protege las instituciones catalanas de inquilinos que, como Puigdemont, desnaturalizan sus funciones y se sirven de ellas para contravenir la Constitución: no se suspende la autonomía, se la libera de ocupantes indeseables.

Pero en este caso se ataca de raíz el problema, con una eventual ilegalización que cortaría el suministro económico, con dinero público, que tiene Junts pel Catalunya, con el cual ha financiado una parte del procés. Para algo así, amén de un largo procedimiento, harían falta primero condenas probablemente, pero que el PP ya lo cite supone una novedad. "Han cruzado líneas rojas", justifica Casado.

¿Truco electoral de Sánchez?

Y para aplicar la Ley de Seguridad Nacional no habría que esperar nada, sin embargo. Hoy mismo podría imponerse y eso es precisamente lo que reclama Casado a Sánchez, situándole frente a su espejo para medir si de verdad está dispuesto a oponerse al independentismo o es un truco electoral que pasará tras el 10N.

El dirigente popular le exige al líder socialista "tomar el control de las Fuerzas de Seguridad" en Cataluña y "diluir o cerrar esa mal llamada agencia de inteligencia catalana que podría estar relacionada con la preparación de atentados". El reto está lanado y pude definir las verdaderas intenciones de Sánchez, que ahora tendrá que responder a Casado sí o sí.