Histórico: el PP sale al rescate de Felipe mientras el PSOE deja que le humillen

Cuando Bildu atacó a Felipe González y relacionó con la X de los GAL, en referencia a un viejo informe de la CIA conocido ahora que señalaba esa posibilidad, Carmen Calvo bajó la cabeza y se negó a defender públicamente a la gran leyenda política del PSOE de los últimos 40 años.

Fue una prueba de cómo se percibe al expresidente en el actual socialismo, con Pedro Sánchez enfrentado a su teórico compañero en una guerra soterrada de grandes consecuencias: González detesta la alianza entre su partido y Podemos; pero el actual presidente no ha querido hacerle caso en nada desde hace años. La vieja guardia, para él y para Zapatero, es una reliquia del pasado incapaz de entender los nuevos tiempos políticos.

La verdadera historia de los cambios en El País: la guerra entre Felipe y ZP

Esa ruptura generacional se resume en una imagen del Congreso de enorme valor simbólico: quien salió en defensa de Felipe González fue Pablo Casado, mientras la bancada socialista se callaba ante la arremetida del partido de Arnaldo Otegi.

Dice Felipe González que el Gobierno de Sánchez parece el camarote de los hermanos Marx. Quizá por eso sus socios le quieren humillar investigándole en el Congreso. Pero ya adelanto que me opondré, por el respeto que yo sí le tengo. pic.twitter.com/Q0W214OE5i

— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) June 17, 2020

"Dice Felipe González que el Gobierno de Sánchez parece el camarote de los hermanos Marx. Quizá por eso sus socios le quieren humillar investigándole en el Congreso. Pero ya adelanto que me opondré, por el respeto que yo sí le tengo".

Posición "de Estado"

Que fuera el PP quien saliera en defensa de su viejo enemigo, protagonista de enfrentamientos a cara de perro con Manuel Fraga primero y después con José María Aznar, lo dijo todo de la situación política en España.

Precisamente hace dos meses se produjo un encuentro entre ambos expresidentes, que coincidieron en un diagnóstico sobre el Gobierno de coalición que ayuda a entender la inquina de Ferraz hacia su "vaca sagrada" y la deferencia popular "de Estado", según la definen fuentes del PP a este periódico.