| 22 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La vida de Palomo ha sido muy polémica
La vida de Palomo ha sido muy polémica

El legado envenenado de Palomo Linares: deudas y polémicas familiares

El torero no superó la última operación a la que se sometió para recuperar su maltrecho corazón. Su muerte devuelve a la actualidad sus polémicas de los últimos años.

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Durante años, Palomo Linares y Marina Danko fueron la viva imagen de la felicidad. Una de las parejas preferidas del papel cuché por el amor que desprendían. Parecía que su situación económica era excelente. Sin embargo, todo saltó por los aires cuando se filtró que la colombiana había abandonado la casa familiar con lo puesto y que el torero le había prohibido la entrada y se negaba a entregarle sus pertenencias.

Nacido en Linares, Jaén, Sebastián Palomo se hizo un hueco en el mundo del toro a base de arrojo y tesón. No lo tuvo fácil y realizó piruetas para sobrevivir hasta alcanzar el éxito. Procedía de una familia humilde. Sin embargo, poco a poco, el público se rindió a su arte. Su leyenda se coronó al casarse con Marina Danko, una bellísima colombiana, de buena familia, a la que conoció durante uno de sus viajes a Colombia. El flechazo fue mutuo y no tardaron demasiado en pasar por la iglesia. Tuvieron tres hijos, Sebastian, Miguel y Andrew.

En 1997, los hermanos Lozano acudieron en auxilio del torero y salvaron de las garras del embargo la finca El Palomar. Para entonces, Palomo ya había recibido varios embargos judiciales por créditos hipotecarios no pagados. Cuatro años más tarde, se conoció que el diestro y su mujer se habían separado en no demasiados buenos términos. Curiosamente, tras esa ruptura, se supo que el matrimonio del hijo de la pareja, Miguel, con Marta, hija de Dámaso González, también hacía aguas. Paradojas de la vida, padre e hijo quedaron prendados de madre e hija, Lilia López y Jimena.

Tras la separación, Marina Danko reconoció que tenía que trabajar porque no tenía un duro. Confirmaba entonces que Palomo la echó con lo puesto y que no estaba dispuesto a pasarle ni un duro. El año pasado, trascendió que el torero adeudaba algo más de 20.000 euros en concepto de los pagos acordados para los estudios universitarios de su hijo menor, Andrew, y que se le había requerido judicialmente para que abonara la deuda. A su nombre, entonces, solo constaba una sociedad. Ni rastro de propiedades u otros bienes.

Los años no consiguieron curar la herida abierta entre el diestro, su ex mujer y sus hijos. Se rompió la armonía y llegó el distanciamiento. Aunque hay que señalar que Sebastian, Miguel y Andrew siempre han estado al lado de su padre en los momentos difíciles. Y cuando no lo han hecho ha sido porque no les han avisado. Sin duda, en esto tiene mucho que ver su última pareja, Concha, con cierta querencia a mostrarse en público como el último baluarte de Palomo Linares, grande en la plaza y con los pinceles. Con su muerte se va una parte de la historia de nuestro país que empezó en blanco y negro y acabó en color.