Sánchez se desespera con el veto de Iglesias a Ciudadanos

El primer encuentro entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias con vistas a un posible pacto de gobierno transcurrió en un clima "cordial", según el secretario general de Podemos, que sin embargo volvió a dejar claro que donde esté Ciudadanos no estará su partido. 

Pero también Sánchez tuvo algo que decir tras su reunión ante la línea roja de Podemos: "Algunas formaciones que se tildan de nuevas no han entendido ese tiempo en que vivimos". El socialista aludió así a la negativa de Podemos a ir con el PSOE si continúa hablando con Podemos. 

El secretario general del PSOE volvió a insistir una y otra vez en la cuestión del "veto" porque "quien estará contento con esto será una persona de nombre Mariano y apellido Rajoy". Incluso reconoció que en ocasiones Podemos no parecía estar en la altura de miras necesaria para unir a quienes tienen en común el deseo de que Rajoy no vuelva a gobernar.

Presión de ida y vuelta

Iglesias indicó que su intención es sacar adelante un "Gobierno de progreso" porque "es incompatible con llegar a acuerdos con las derechas", haciendo alusión a la forma en que el propio Sánchez calificaba durante la campaña electoral a Ciudadanos, un "Partido Popular en diferido", según el dirigente de Podemos. 

La oferta de Iglesias sigue siendo la misma: PSOE más Podemos y sus confluencias e Izquierda Unida. El líder de Podemos indicó que, en su percepción, Sánchez está más cercano a un Gobierno "con nosotros que con las derechas".

Sin embargo, el secretario general morado reconoció que su partido y las confluencias no han puesto en marcha todavía un equipo de negociación a la espera de que Sánchez se pronuncie. 

Tan sólo cuando el dirigente socialista se decante por un pacto con Podemos y asociados comenzará a moverse ficha para formar ese equipo.

Así las cosas, la situación sigue sin evolucionar a la espera de que Sánchez se pronuncie por inclinar la balanza hacia Ciudadanos o hacia Podemos vista la postura de Iglesias. Lo único claro es que los dos partidos emergentes son incompatibles entre ellos.