Aviso al Botànic: 75 millones de ayuda a hostelería o habrá revueltas y querella

Los representantes de las asociaciones del sector del ocio y hostelería de Alicante reclaman a Ximo Puig “un plan urgente de ayudas” por un montante de 75 millones de euros, tal y como ha explicado el presidente de la Asociación de Restaurantes de la Provincia de Alicante –ARA-, César Anca, en una convocatoria de prensa junto a representantes de la Federación de Empresarios de Hostelería de la Provincia de Alicante – FEHPA- y la Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante – ALROA-.

Es lo que estiman que se necesita para que no se hunda el sector, para "inyectar el oxígeno necesario" a los negocios y así paliar las pérdidas ocasionadas por las restricciones y cierres de locales durante la pandemia de la Covid-19.

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“El momento de criminalizar a la hostelería ya pasó", ha señalado el representante hostelero, y ha instado a Puig a responder de manera "clara" a las peticiones del sector. "Basta ya de respuestas tibias y de discursos condescendientes en los que se pide al sector paciencia y esfuerzo, la pelota está ahora en el tejado de la Generalitat y pedimos que no nos defraude", ha matizado.

Acciones legales

“El tiempo de tibieza se ha acabado”. Así se ha manifestado el presidente de ALROA, Javier Galdeano, quien ha confirmado que “si el lunes día 18 no se pone encima de la mesa un plan con cantidades, criterios de distribución y plazos concretos inmediatos de ayudas se organizarán movilizaciones, se ocuparán espacios públicos y se interpondrá una demanda patrimonial y una querella por vía penal contra quien ha firmado el decreto de cierre de la hostelería” sin haber previsto medidas de supervivencia del sector, es decir, la Consellera Sanidad Universal y Salud Pública Ana Barceló.

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“Si se nos aplica mano dura nosotros vamos a aplicar también mano dura”, ha añadido Galdeano. Los portavoces del sector han confirmado que –al margen de que lleguen o no las ayudas- van a impulsar reclamaciones de responsabilidad patrimonial de manera conjunta contra la Generalitat, para solicitar una indemnización por la lesión económica que los empresarios han sufrido en sus bienes y derechos por las decisiones arbitrarias de la Consellería, sin que se hayan promovido en ningún momento acciones de ayuda a sus negocios.

“Se nos está hundiendo”

El portavoz de FEHPA, Francisco Cano, ha recordado que “desde que en marzo se disparasen todas las alarmas por el incremento de contagios, nuestro sector se ha mantenido codo con codo con las administraciones para implementar el protocolo sanitario en los establecimientos, pese a que eso ha supuesto un coste añadido en material, reducción de aforo y formación del personal”.

Cano ha insistido en que “la hostelería de Alicante es muy segura”. Destaca que han acatado todas las restricciones para colaborar en combatir esta pandemia, y reprocha al Gobierno de España que “en todas las comparecencias públicas de Pedro Sánchez ha dicho que su gobierno no iba dejar atrás a nadie, y a fecha de hoy nos preguntamos a quién se refería, desde luego no a la hostelería, porque no solamente nos han dejado caer, no solo nos han dejado atrás sino que además nos están hundiendo”, ha sentenciado Cano.

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A esta iniciativa se suman también otros colectivos de la Comunitat Valenciana como ONCASTELLÓN, ASHOCAS, EHOSBE y la Hostelería de Elche. El sector considera que los profesionales "conocen perfectamente" las necesidades de los negocios, por ello exigen participar en la elaboración de un plan de rescate para el sector, y reprochan que la Generalitat solamente se haya reunido con empresarios de otros sectores para analizar estas cuestiones.

Centros comerciales abiertos y hostelería cerrada

Ante estas restricciones de horario en la hostelería resulta llamativa la permisividad –con restricciones de aforo- a los comercios y centros comerciales de la ciudad, que abren incluso en festivos para abordar la campaña de rebajas.

El presidente de ARA, César Anca, ha valorado ante una pregunta de ESdiario que “no se trata ahora mismo de ver a quién le permiten más o menos. Lo que vemos son las incongruencias que perciben los ciudadanos de a pie, quienes no entienden por qué los negocios hosteleros sufren todas las restricciones y limitaciones cuando en el comercio parece que está todo permitido".