Podemos se inventa un "impuesto finalista" para el turismo

Podemos en Les Corts Valencianes pretende que los presupuestos de la Generalitat para 2018 incluyan un nuevo impuesto, que no un tasa, aclaró su portavoz de Economía, David Torres, sobre la actividad turística. Un "impuesto finalista" cuyo encaje legal es más que cuestionable, según fuentes socialistas y populares pero también por parte de expertos en hacienda.

La propuesta de la formación morada es rechazada por la patronal del sector, la Agencia Valenciana del Turismo, y, lo que no es menor, por la mayoría de los municipios turísticos con gobierno socialista o popular como Benidorm, Benicàssim o Gandia. En cambio, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ve con buenos ojos aplicar un impuesto que, según Podemos, permitiría ingresar a las arcas valenciana hasta 40 millones anuales.

El "impuesto finalista", según la propuesta, tendrá dos tipos de tramo: uno autonómico, que será fijo, y otro municipal, variable. La cantidad a pagar dependerá de las característica del establecimiento y  solo durante los diez primeros días de estancia.

En hoteles más lujosos, Podemos plantea que en el tramo autonómico se pague dos euros y en municipal  hasta un euro. Esta cantidad baja a la mitad en los alojamientos de dos y tres estrellas.  El "impuesto" no llegaría al euros diario por persona en el caso de hostales, albergues, cámpings y  autocaravanas. La iniciativa contempla exenciones a estancias de menores de edad, por temas laborales,  por motivos de salud o las que patrocina el Imserso.  También se bonifica con un 50% las estancias que se realicen en temporada baja.

El diputado David Torres resaltó que los ingresos del " impuesto finalista" deberán ir destinados a la mejora de los servicios, a las infraestructuras y a las dotaciones turísticas. Pero también al impulso de buenas prácticas laborales y a la lucha contra la precariedad laboral, contra el intrusismo y el fraude en el sector. 

La negativa del grupo parlamentario socialista a avalar la propuesta de Podemos no parece que vaya a tener repercusión en la aprobación de los presupuestos del próximo año. Todo apunta a que la formación morada sí apoyarán las cuentas del gobierno de Ximo Puig y Mónica Oltra. Los socialistas, que tratan de evitar entrar en el fondo de la iniciativa, se centran a cuestionarla por aspectos técnicos, como el sistema u organismo de recaudación. Además están convencidos  de que poner en marcha este "impuesto finalista" abriría una batalla judicial por parte de la patronal del sector contra administración. No obstante, la tasa turística, que no el "impuesto finalista" para el turismo, está implantada en diversos municipios españoles y europeos.