El separatismo invade el Centro de Madrid prohibido en coche a los madrileños

La casualidad quiso que el mismo día en que los madrileños no pueden ya entrar al centro de la capital en coche, cortesía de Carmena, sí pudieran hacerlo los tripulantes de los 400 autobuses fletados por el independentismo catalán, con Quim Torra al frente clamando contra la justicia española, para manifestarse mirando al Tribunal Supremo.

El contraste ha provocado la indignación de Isabel Díaz Ayuso, candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid y uno de los pocos dirigentes que no se ha limitado a presenciar el aquelarre separatista con resignación.

"Es una ofensa y un insulto", dijo sin ambages antes de desarrollar su crítica a una concentración de miles de personas subvencionadas, de algún modo, por la misma Generalitat que financia indirectamente a la vez a los percutores del evento, Òmnium y la Asamblea Nacional, las entidades de los procesados Jordi Cuixart y Jordi Fernández.

Guerra, sobre Torra: "No me atrevo a calificarlo porque no sé qué dejar para Puigdemont"

"Venir a Madrid, a la cara de todos los españoles, a decirles que hay que estar con el golpismo y con aquellos que están incumpliendo la ley para todos...", dijo Ayuso, a las puertas del Círculo de Bellas Artes, donde su partido presentó a los número 1 de sus candidaturas provinciales. El número 3 del partido, Javier Maroto, se comprometió a evitar "fiestas" así si Casado llega a La Moncloa. 

Con "Rodea el Congreso"

Lo cierto es que, durante tres horas, el separatismo ha poblado de caras conocidas y anónimas el corazón de Masrid, hasta tomar la emblemática Cibeles. Desde Roger Torrent hasta Elsa Artadi, comandados para la ocasión por Torra, han podido ondear sus esteladas en la capital del Estado al que acusan de represión. Una paradoja.

Otra más es la naturaleza de sus apoyos, procedentes básicamente del mundo antisistema madrileño. El colectivo Rodea el Congreso, Izquierda Castellana o los Anticapitalistas han mostrado su respaldo al penúltimo aquelarre soberanista, resumido en una frase mayestática del sucesor de Puigdemont ante 120.000 manifestantes, según los convocantes, y 50.000, según Europa Press.

"Escuchen y democraticen", calamaba Torra, mientras a su lado, entre esteladas, todo un presidente del Parlament tildaba de farsa todo un juicio en el Tribunal Supremo.