La bronca por las listas del 28-A vuelve a sacudir al PSOE andaluz y a Ferraz

Dicen los veteranos de los partidos políticos, curtidos en mil y una batallas electorales, que en la fase de elaboración de las candidaturas para unos comicios es donde se demuestra el estado de salud de las formaciones políticas y la fortaleza del liderazgo de las mismas.

Las asambleas del PSOE andaluz comienzan este martes sus debates y deliberaciones para la designación de los nombres que integrarán las planchas al Congreso y al Senado para el próximo 28-A.

Y la fragil tregua tácita entre Ferraz y el PSOE-A ha vuelto a verse afectada por varios factores. En primer lugar, por la imposición de varios ministros como cabezas de cártel -caso paradigmático el de María Jesús Montero en Sevilla-. Un dedazo que, en cualquier caso, nadie discute en Andalucía. Como tampoco el del delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

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En segundo lugar, por el decidido empeño de Susana Díaz de salvar de la quema a tres de sus más fieles en la última legislatura: Antonio Pradas, Miguel Ángel Heredia y Micaela Navarro, toda una expresidenta del PSOE.

Y, el tercer punto, por la guerra que los propios sanchistas andaluces protagonizan en algunas provincias -Granada, Málaga, Cádiz y Almería- con el baile de nombres que se disputan plazas dentro del sector afín a Sánchez y enfrentado con el susanismo. Un sector que se ha visto desorientado por la decisión del líder del PSOE de aplazar el destronamiento de la lideresa tras la debacle del 2-D. A menos, hasta que se celebren las municipales del 26 de mayo.

La ministra María Jesús Montero, el nuevo referente de Sánchez para el PSOE andaluz, medirá sus fuerzas el 28-A.

"Desde la dirección del PSOE-A en ningún caso se están planteando obstáculos a la presencia de ministros ni está existiendo falta de generosidad", han querido matizar este martes fuentes del PSOE-A oficial, el susanista.

Un susanismo que se ha revuelto en los últimos días ante los intentos del sanchismo por "copar al completo las listas sin dar voz a la militancia y a las estructuras provinciales", con una presencia "mucho mayor a su peso real" en la organización.

Estas fuentes citan como prueba de este intento de aplastamiento el caso de la provincia de Sevilla, donde aseguran que los sanchistas han exigido ocupar "tres de los cuatro puestos de salida" en la candidatura al Congreso, o la división interna de este sector en Granada, Cádiz, Málaga o Almería, "con varias propuestas diferentes sin la menor coordinación".

"Desde el PSOE-A vamos a trabajar para que haya un acuerdo global que evite efectos colatorales pero tiene que existir voluntad de diálogo por ambas partes y no imposiciones a las bravas ni intentos de arrasar", aclaran estas mismas fuentes, que rechazan que se intente "humillar lo que piensa la mayoría de la militancia de Andalucía".