| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Cinco preguntas para Espinosa o la metáfora del lobo para cuidar a las ovejas

¿Es legal que un órgano dependiente del Gobierno y del Ministerio de Hacienda asista a congresos pagados por empresas que debe regular?

| Rafael Gorgues Edición Valencia

Estos días ha salido en prensa que el director general de Ordenación del Juego, Juan Espinosa, ha asistido hasta en diez ocasiones a congresos, con todos los gastos pagados y en hoteles de lujo, asumiendo este coste de forma íntegra la patronal del sector del juego.

Según el portal de transparencia, su función es la de “velar por el desarrollo y control del sector del juego de ámbito estatal”.

¿Es legal que un órgano dependiente del Gobierno y del Ministerio de Hacienda asista a congresos pagados por empresas que debe regular?

Para dar respuesta a esta pregunta, deberíamos consultar la ley de incompatibilidades y que decidan los tribunales.

No obstante lo que si que puedo afirmar categóricamente es que no es ético

La sociedad no aceptaría que una eléctrica pagara la asistencia a congresos de ministros o secretarios de Estado. Si la ciudadanía está en contra de las puertas giratorias ¿por qué ve con buenos ojos estos pagos?

Señor director general de la Ordenación del Juego, me gustaría que me respondiera a unas cuantas preguntas:

  • ¿ Que empresa o empresas pagó sus viajes?
  • ¿Qué hizo y con quién se reunió en los Congresos?
  • ¿Qué actividades paralelas pagadas por estas empresas realizó en el marco de los Congresos?
  • ¿La patronal le pidió algún favor?
  • ¿Tiene algo que ver estos viajes junto a la presión del lobby de las casas de apuestas, que tenga el Decreto Antiludopatía en un cajón parado?

Sinceramente, después de haber superado la epidemia de las apuestas, creo que el hecho de que usted reciba regalos le incapacita para ser la persona que debe regular el juego. Se lo digo de otra forma, no podemos poner al lobo a cuidar de las ovejas.

Señor Espinosa, gracias por sus servicios prestados, pero debe asumir su responsabilidad política de la única forma que puede hacerlo: presentando su dimisión.