Álvaro de Marichalar escandaliza a los Borbónes por su actitud en un Blablacar

Que hay que cuidar el planeta es una máxima de sobra conocida por todos y, como parte de ese respeto por la Tierra, se encuentra la posibilidad de compartir coche en largos desplazamientos. Además, del significativo ahorro que supone para los asiduos a la plataforma Blablacar.

Pero, más que por la parte de ahorrarse un dinerillo, Álvaro de Marichalar se intenta defender de las acusaciones y críticas que pesan contra él, asegurando que él es asiduo a estas practicas por ser más sostenible que contar con su propio vehículo. Tiene que cuidar el planeta que, al fin y al cabo, él vive de surcar los mares en su moto acuática y de algún emprendimiento más.

Las circunstancias son para indignarse. O, así, lo debe de pesar Álvaro por la imagen que se está dando de él de chulesco, altivo y hasta maleducado. Una actitud que no deja nada bien al excuñado de Elena de Borbón y, por ende, exyerno de los eméritos Don Juan Carlos y Doña Sofía 

Viaje compartido

Marichalar tuvo la mala suerte de que uno de los pasajeros era la periodista Sabina Urraca que no dudó en desvelar diferentes momentos del viaje en los que Álvaro, según Sabina, se cubrió de gloria. “Me monté en el Blablacar en Logroño, y todo parecía normal. (…) No sabíamos que estábamos tratando con un ser para el que las palabras 'comunitario', 'solidaridad' o 'respeto' eran ecos lejanos, conceptos de otro mundo.”

Un viaje por el que Sabina se despacha bien agusto contra Marichalar asegurando, entre otras muchas lindezas, que “empezó a flotar una incomodidad extraña, pero sólo para los tres plebeyos. Él se repantigó en el asiento trasero y empezó una sucesión interminable de llamadas de negocios en distintos idiomas. A partir de entonces, y hasta Madrid, fue imposible mantener una conversación normal.”