| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Para eso ya está Ciudadanos

La dirigente de Vox explica por qué se opone su partido a esta Ley de Violencia de Género y reflexiona sobre el papel de cada formación en lo que cree una industria de género.

| María Ruiz Solás Opinión

 

 

Que el machismo existe nadie puede negarlo, lo hemos sufrido las mujeres durante generaciones, y durante generaciones hemos luchado contra él. Probablemente a lo largo de nuestra vida, todas nosotras hemos convivido con hombres machistas y todas hemos tenido familiares machistas, amigos machistas, y compañeros de trabajo machistas, tan machistas, todos ellos, como incapaces de matar una mosca, o de hacerle daño a una mujer.

Eso debería bastarnos para saber que el machismo no mata, ni maltrata, ni viola; que el hombre que mata, maltrata o viola es porque es un asesino, un maltratador o un violador; y que solo una pequeñísima parte, una minoría insignificante de hombres, es capaz de tales vilezas.

 

De sobra sabemos que el machismo se puede combatir con educación, pero también que a los asesinos, maltratadores y violadores solo se les puede combatir con penas de cárcel a la altura de sus abominables crímenes, y sin embargo, en algún momento, las izquierdas cometieron el error de identificar machismo con criminalidad, y lo que es aún peor, de identificar masculinidad con machismo, dando lugar a la idea aberrante de que el varón es por definición un criminal en potencia.

Si VOX reniega de la actual ‘Ley contra la Violencia de Género’ es precisamente porque se basa en esta premisa, y porque sobre esta premisa se impulsan medidas que no están dirigidas a proteger a las mujeres de una violencia que nos repugna como al que más, sino a castigar a los hombres por el mero hecho de serlo. Las mujeres que tenemos madres, hermanas e hijas, pero también padres, hermanos, e hijos, no deberíamos tolerar que para defender nuestros derechos se conculquen los de los varones; no deberíamos tolerar que se les arrebate la presunción de inocencia que a todos nos asiste, ni que se les obligue a probar que no han cometido un delito, cuando, como en el resto de los casos, deberían probar que lo han cometido quienes acusan.

Si Vox aboga por la derogación de la Ley de Violencia de Género es porque quiere que en su lugar se redacte una nueva ley mejor y más efectiva

Porque no se trata de cambiar las tornas (para que ahora seamos nosotras quienes actuemos con la misma prepotencia, respecto de los hombres, con la que muchos de ellos han actuado, respecto de las mujeres, durante generaciones), sino de lograr el respeto, la consideración, la admiración y la relevancia social que merecemos, simplemente porque somos mujeres orgullosas de serlo.

Si VOX aboga por derogar la ‘Ley contra la Violencia de Género’ es simplemente porque consideramos que no está sirviendo para el objetivo para el que, supuestamente, fue diseñada. Los datos que nos ofrecen, aún estando claramente maquillados para mostrar solo lo que interesa mostrar (se da el dato de las condenas por denuncias falsas, que es mínimo, pero no se dice lo insignificante que es también el número de hombres que se atreven a denunciar las imputaciones falsas a las que han sido sometidos) lo dicen todo.

 

Despilfarro pero no para las víctimas

Desde que se aplican estas políticas en nuestro país, las cifras de mujeres muertas a manos de sus maridos, parejas o ex parejas, las cifras de malos tratos, o las cifras de violaciones no han disminuido de forma lo suficientemente significativa como para justificar los cientos de millones invertidos en combatir la denominada violencia de género. La respuesta a este fracaso es, entre otras cuestiones, que de esa inversión millonaria, solo un porcentaje mínimo llega a las mujeres que sufren la violencia. La maquinaria puesta en marcha para tratar de eliminar todo rastro de masculinidad en el hombre, que es lo que según la ‘Ideología de Género’ es la causa de todos nuestros males, tiene un hambre tan voraz que se lo traga todo.

La respuesta a este fracaso es, entre otras cuestiones, que de esa inversión millonaria, solo un porcentaje mínimo llega a las mujeres que sufren la violencia

Hace falta muchísimo dinero para incentivar económicamente a las empresas y a los ayuntamientos para que desarrollen ‘Planes de igualdad’, muchísimo dinero para mantener con jugosas subvenciones ‘Centros Municipales de Información a la Mujer’, ‘Direcciones Generales contra la Violencia de Género’, ‘Institutos de la Mujer’, ‘Observatorios de Violencia de Género’, ‘Unidades de Valoración Integral de Violencia de Género’ o ‘Consejos de Participación de las Mujeres’, entre otros organismos públicos, por no hablar de las miles y miles de asociaciones en toda España, sin más resultado que su propia subsistencia y la de sus cientos de asalariados. Hace falta tanto dinero, que al final las ayudas directas a las víctimas se quedan en nada.

Por qué derogar

Si Vox aboga por la derogación de la ‘Ley contra la Violencia de Género’ es también porque considera que el dinero debe emplearse para atender a quienes lo necesitan, y no para mantener a quienes viven a costa del sufrimiento de los demás, los mismos, por cierto, que en el colmo de la incongruencia rechazan la prisión permanente revisable porque es ‘inhumana’; los mismos que consideraron que la ley debía contemplar distintos tipos de agresión sexual, porque condenar por violación según qué tipo de abusos era excesivo, y ahora se echan las manos a la cabeza por lo que ha ocurrido con ‘La manada’; los mismos que hoy ya están valorando rebajar las penas por violación para que no se equiparen a las de asesinato, en lugar aumentar las de asesinato para evitarlo; los mismos que por defender lo que dicta el sentido común, y por ejercer nuestra libertad de opinión, nos acusan de justificar la violencia y nos llaman ‘cómplices de asesinos y violadores’.

 

Si Vox aboga por la derogación de la Ley de Violencia de Género es porque quiere que en su lugar se redacte una nueva ley mejor y más efectiva, una ley que proteja de la violencia a todos por igual, que defienda los derechos de todos por igual, y que ponga todos los recursos de los que disponemos en manos de quienes de verdad lo necesitan.

Y seguiremos haciéndolo a pesar de lo que digan, porque la mentira tiene las patas muy cortas, porque el tiempo siempre acaba poniendo las cosas en su sitio, porque todo lo que hacemos lo hacemos por principios, y porque serán esos principios los que nos lleven a la meta, y no los votos obtenidos a costa de modelar nuestro discurso para complacer a todos. Para eso no hacemos falta, porque para eso ya está Ciudadanos.