| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Las "fechorías" del Rey Juan Carlos destapan el verdadero objetivo de Iglesias

El último y polémico episodio que ha estallado al Monarca Emérito entre las manos ha terminado rebotando directamente contra Pedro Sánchez y poniéndole al borde del abismo.

| ESdiario Medios

A vueltas con el la exhumación de Franco y los ataques a la Corona, este miércoles Rubén Amón utiliza su columna en El País para unir ambos conceptos en su análisis asegurando que "el hedor que va a proporcionarnos la exhumación de Franco aspira a corromper la credibilidad de la Monarquía".

A su juicio, "está bien que al infecto caudillo se lo despoje de un lugar de culto megalómano, hortera, extemporáneo, pero la regresión al franquismo y la necrofilia que practican tanto Unidos Podemos como los partidos soberanistas pretenden cuestionar la legitimidad de la sucesión en la jefatura del Estado, más o menos como si la Corona proviniera de un pecado original inaceptable que debe purgarse y expiarse en perfecta sincronía con el desentierro del caudillo". 

Según Amón, "es el contexto justiciero en el que adquieren un valor instrumental las presuntas fechorías del Rey Juan Carlos porque consienten a Pablo Iglesias y a los aliados del sabotaje monárquico cuestionar implícitamente a Felipe VI, no ya validando como dogma los dosieres tóxicos del comisario Villarejo, sino ubicando al monarca contemporáneo en un laberinto incendiado: el linaje franquista, los delitos del cuñado Urdangarin y las grabaciones de Corinna que atribuyen al padre un archipiélago feudal de paraísos fiscales". 

El periodista lo tiene claro: "El objetivo no es Juan Carlos, sino la Monarquía. No la reconoce el president Torra pero tampoco la aceptan los aliados más estrechos de Pedro Sánchez. Iglesias se ha propuesto acabar con el “régimen del 78” y evacuar la anomalía hereditaria que supuso la transición de un tirano a un monarca, no ya relativizando los prodigios y las cesiones de aquel proceso democrático, sino sobreentendiendo que prevalece en España un anacronismo absolutista al que debe ponerse remedio aprovechando el maridaje de la izquierda y el soberanismo". 

A saber, "las fuerzas independentistas y Unidos Podemos han observado la oportunidad de un cortocircuito entre La Moncloa y La Zarzuela, acaso embrionario de una crisis institucional y de una revolución en el modelo territorial y de convivencia". 

Aunque "no parece probable que Sánchez acceda al chantaje ni a la trampa" "la tentación de sumarse a una comisión “juancarlista” en la Cámara Baja predispone un ejercicio de cooperación en el verdadero objetivo de Iglesias: aprovechar el desentierro de Franco para enterrar la Monarquía. E inaugurar la tercera república sobre los huesos de los Borbones".