| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rosa María Artal, la hooligan de Podemos que también quiere mandar en RTVE

El caos y los apaños siguen en RTVE, objeto de un reparto de sillones entre PSOE y Podemos que incluye a agitadoras sin límites como potenciales consejeros del ente público. Éste es un caso.

| ESdiario Medios

Su nombre suena como uno de los diez miembros del Consejo de Administración que PSOE y Podemos quieren nombrar a dedo y por decreto en RTVE: es Rosa María Artal, periodista y frustrada número dos de Podemos por Zaragoza, donde no logró los votos suficientes para obtener un cargo público.

Ahora tiene muchas opciones de entrar en el órgano directivo de la Corporación en la que trabajó hasta hace diez años y en la que llegó a convertirse en un rostro popular en los hogares españoles. Sus méritos son la subordinación a Pablo Iglesias y un lenguaje incendiario e insultante siempre contra los partidos políticos conservadores y liberales.

 

Su última perla no tiene desperdicio. En un artículo publicado en eldiario.es, en el que escribe con frecuencia, Artal se inspira en las primarias del PP para cargar contra todo el espectro ideológico que le desagrada, incluyendo en ese epígrafe tanto a los populares cuanto a Ciudadanos.

"Torturadores"

Y lo hace con una serie de brochazos casi sonrojantes y algunos párrafos directamente desoladores: "Cada día nos recuerda la idiosincrasia de la derecha española. Es la que dotó con cuatro medallas, que incrementaban un 50% su pensión, al más sanguinario torturador de la policía franquista y posterior. La derecha que robó niños como hicieron las peores dictaduras".

 

 

No es una excepción ni un mal día. Casi toda la producción periodística de Rosa María Artal, de baja calidad literaria pero contumaz sesgo político, es un ataque sistemático al PP o a Ciudadanos e incluso a quienes les votan, hasta el punto de considerar que, para enmendar a las urnas, era una "exigencia ética" echar a los populares del Gobierno como fuera:

"Nos encontramos ante una organización que ha parasitado el país. Con una red, apenas invisible, de apoyos mediáticos y empresariales. Incluso ha infectado a la sociedad que la aguanta como normal", soltó la posible consejera de RTVE en otro de sus artículos en la misma línea que la práctica totalidad.

 

"Tenemos el país que tenemos, la sociedad que tenemos profundamente afectada por tantos años de corrupción y de mirar para otro lado"; "Rivera ha reeditado el discurso del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera. Y ha asustado hasta a sus mentores";  o "No  se apuesta por los Premios Nobel que ya no nos otorgan, sino por la sociedad que nos incrustó el nacionalcatolicismo". Son sólo algunas perlas de las cientos que adornan los escritos de la consejera, conocida también por soltar barbaridades en Twitter:

 

 

Sus críticas a los mayores, aunque ella no es precisamente una niña, coinciden con las que su partido expresó en el pasado contra ese pilar de la población española, acusándole de abortar un cambio que llevara a Podemos al Gobierno.  Y no es su única burrada, tal y como recoge Pablo Haro en una increíble selección de excesos de quien, ahora, puede decidir lo que van a tener que ver o escuchar millones de españoles en sus casas. 

El patrón la alaba

La susodicha, presentada por Pablo Iglesias como un ejemplo para "sentirse orgulloso del periodismo en España", apelaba al proceso judicial contra los jerarcas nazis supervivientes de la Segunda Guerra Mundial que culminó con el suicidio o la ejecución de todos ellos, para reclamar una respuesta similar contra los responsables de la crisis económicas. Los "neoliberales", por supuesto. Con ese bagaje, y a falta del plácet del Congreso, Artal tendrá un sillón en RTVE.