| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la toma de posesión de Mercedes González, nueva directora de la Guardia Civil.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la toma de posesión de Mercedes González, nueva directora de la Guardia Civil.

Histrionismo electoral. Puro teatro

Todos andan intentando tener un Tezanos cerca para que les haga encuestas cocinadas que suban la moral de las huestes.

| Manuel Avilés Edición Alicante

Conocen perfectamente mi opinión de los políticos - se salvan media docena: Belloch, Antonio Asunción, Fernández Felgueroso, Margarita Robles… que tampoco es que fueran un ejemplo de altruismo cristiano para hacer méritos para la vida eterna pero eran gente capaz, trabajadora, honesta y con una sabiduría muy por encima de la media-. Mi opinión de la política, cercana a la de la Justicia - política también en muchísimas ocasiones, subida a las olas de los ismos del momento- deja mucho que desear, lo mismo que mi opinión de la Generalitat Valenciana, inútil integral, refugio de huertos y chiringuitos que, ni es capaz de mantener limpio y cuidado el monumento de Miguel Hernández, ni de prevenir incendios catastróficos como el de Castellón. ¡Qué lejos quedan aquellos días en que pensábamos que la autonomía solventaría todos nuestros problemas y que la Secretaría de Emergencias – es un decir – iba a ser el Bálsamo de Fierabrás.

Ahora todos andan intentando tener un Tezanos cerca para que les haga encuestas cocinadas que suban la moral de las huestes. Hasta Ciudadanos, en liquidación por derribo, con la gente huyendo del barco e intentando un acomodo imposible en donde sea con tal de enganchar un sillón de los de cuatro mil pavos al mes – el paro es jodido y al acostumbrado al “candelabro” le resulta incómodo-, hasta ciudadanos intenta hacer ver que no están muertos y enterrados y que aún tienen no saben qué capacidad de gestionar y de subirse a un carro inexistente.

Todo se repite, incluso el baile de Landelino Lavilla cuando era candidato hace cuarenta años, lo reeditan Ayuso y Feijóo bailando “El tiburón” de Henry Méndez

Miren los telediarios aunque solo sea un segundo. La derecha, léase Ayuso que me parece una mujer interesante y me cae bien, monta un sarao en el que no sé si hubo duchas de cerveza, fiesta de la espuma, regaetton, aguardiente tres esquinas y vallenato. En el mitin para atraer hispanos a su causa contó con una predicadora de excepción. Hay un antecedente cercano a ese evento sideral y milagrero: el fichaje por parte de Rajoy del padre de aquella niña asesinada por un hijo de puta pederasta, Mari Luz Cortés. El inmenso dolor de la muerte de una hija no infunde ciencia jurídica ni legislativa a nadie. Nada tiene que ver que un cabronazo asesine a tu hija con que tú adquieras la ciencia precisa para estar en una comisión legislativa para reformar el Código Penal.

Ayuso ve en la pastora evangélica un anzuelo para sus elecciones. Todo se repite, incluso el baile de Landelino Lavilla cuando era candidato hace cuarenta años, lo reeditan Ayuso y Feijóo bailando “El tiburón” de Henry Méndez. Esperpéntico. La pastora evangélica, histriónica hasta decir basta, se desata inundada de espíritus celestiales, anda como Chiquito de la Calzada, hace milagros, desata histerias, recorre el escenario repartiendo doctrina y pide el voto para los populares. Un mezclote divino y humano, de taumaturgia en bote, mentiras y cintas de video. Yadira Mestre salta de Usera a la política nacional, aunque los líderes peperos dicen que no forma parte del gobierno ni de la candidatura. ¿Cómo se puede despreciar así a una señora que cura el cáncer y todo lo que se le ponga por delante? ¡Qué desagradecidos después de irse bendecidos del evento y con fuerzas como para cargarse desde Marlasca hasta al último mono socialista!

Hablemos de Marlasca. No conozco a este hombre. Solo sé que, cuando yo andaba por Euskadi persiguiendo etarras, él preparaba las oposiciones a judicatura con Juan Alberto Belloch. No tengo, en relación con él, nada a favor ni en contra. En su momento, como han hecho centenares de veces los populares cuando han mandado. Repito, centenares de veces. Cesó al Jefe de la Comandancia de Madrid, el coronel Pérez de los Cobos. Tampoco tengo nada ni a favor ni en contra de este señor porque cuando yo andaba con la guardia civil, con los asuntos de los etarras, este señor sería capitán o comandante y no estaba en mi círculo – nunca diré quiénes estaban, pero me acuerdo de todos y de cada uno de ellos, muchos hoy generales y jubilados, incluidos en el colectivo de los inservibles como yo mismo-.

Son amigos antiguos y quienes estamos en la escombrera, los sujetos eliminables para Lagarde, tenemos libertad incluso para opinar lo políticamente incorrecto.

Vamos a ver, señora Gamarra. ¿Quiere usted que le dé un listado de gente – directores de cárceles por ejemplo, que serían los equivalentes al coronel dicho, cesados por falta de confianza? ¿Quiere que le hable de cómo delegados del gobierno contactaban con interior diciendo: quítame a este que no es de los nuestros? Señora Gamarra - la he visto en el Congreso haciendo la defensa de la permanencia de los puestos de libre designación- pídame un listado de ceses y de sustituciones por gente de partido, no solo sin méritos, sino con graves deméritos y se la doy en un momento. ¿Quiere que le dé unos cuantos datos de alguien colocado por su Partido solo por tener carnet, con muchos puntos en contra y a quien los socialistas mantienen sin que se sepa bien por qué? A quienes lo mantienen no los critico en público porque la amistad está por encima de la política y las críticas a los amigos se les hacen a puerta cerrada. Son amigos antiguos y quienes estamos en la escombrera, los sujetos eliminables para Lagarde, tenemos libertad incluso para opinar lo políticamente incorrecto.

Todo eso de mérito y capacidad, hoy, es una milonga que no se cree nadie, vale mucho más el carnet y pasear el folio por las sedes de unos y de otros. Lo que yo le diga que estoy fuera del mercado, en la escombrera, y mi objetividad está a prueba porque no milito ni militaré jamás en nada.

Si acaso, hay un partido que me llama la atención: Unión Europea de Pensionistas. A estos sí me afiliaría por un motivo claro: defienden la creación de riqueza, o sea de puestos de trabajo, para hacer frente a unas pensiones dignas y a una atención, digna también, a los abuelos. No es posible, haber trabajado cuarenta años, haber cotizado y que te hayan descontado del sueldo un treinta y tres por ciento cada mes, y que ahora una impresentable diga - lease Lagarde- que tenemos que morir pronto porque las pensiones no son sostenibles. Puede empezar por morirse ella. Por mí, sin problema.

Me despierta cierta curiosidad Yolanda Díaz. Expectación. Pero acostumbrado a los fiascos ya no me pronuncio hasta que vea como funciona lejos de las Monteros, Belarras, Iglesias, Echeniques y compañía

Ayer estuve en un programa de televisión y entrevistaron a un señor de un barrio. Se quejaba de la falta de equipamientos para los abuelos. Queja generalizada. Un señor, con una pensión de mil euros. ¡Ni de dos mil! No puede tener una vejez tranquila y mínimamente atendida porque con esa pensión no le da para ingresar en una residencia. Pregunté hace poco, con motivo de estar en Valencia presentando “El gato tuerto”, en una residencia preciosa: Usted, que es válido, me dijeron - válido es mucho decir- tendría que pagar dos mil quinientos euros.

¿Quién puede hacer frente a ese gasto? ¿Hace algo la Generalitat o, cuando esté realmente necesitado de cuidados tendré que quemarme a lo bonzo? Les aseguro, para vergüenza de ese género parásito que estoy dispuesto a hacerlo como lo hizo aquel chaval de las primaveras árabes aunque luego no sirvieran para nada.

Estoy atento a la Unión Europea de Pensionistas: Creación de riqueza, o sea de puestos de trabajo que coticen y atención a los que han/hemos levantado y sostenido el país durante los últimos cincuenta años. Es contrario al derecho más elemental reducir a esos viejos a la condición de mendigos o de abandonados a la caridad. No quiero Caritas. No quiero Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Quiero Justicia Social y menos parásitos viviendo de huertos tan innecesarios como ejemplos del postureo y la mamandurria. ¿Quién defiende eso? ¿La igualdad vale solo para esa recua de voceras que no han aprobado jamás una oposición y están todas magníficamente colocadas, o vale también para los viejos? Si hay que defender la eliminación del vejestorio díganlo alto y claro y me ofrezco el primero para pegarme un tiro en la puerta de la Subdelegación del Gobierno o despeñarme por el barranco más próximo.

No me meto, por hoy, con Vox aunque siga sin entender esa pantomima del abuelo Tamames. No entro en Podemos que, después de tanta decepción y tras votarlo tres veces, me da igual que se hagan todos de Falange Española de las Jons. Me despierta cierta curiosidad Yolanda Díaz. Expectación. Pero acostumbrado a los fiascos ya no me pronuncio hasta que vea como funciona lejos de las Monteros, Belarras, Iglesias, Echeniques y compañía. Por ahora, Unión Europea de Pensionistas.