Carles Mulet, pobre payaso

En todo circo, desde los ambulantes que van por los pueblos y sus fiestas en un camión destartalado hasta el anuncio de su lona, y con lo puesto del mínimo atrezo, hasta los de tres enormes carpas y su flota de tráileres, zoológico incluido, y centenares de artistas con sus equipos de ayudantes, existe una figura común, imprescindible y fundamental como es el payaso.

Disputa entre el senador 'zombie' y Bárbara Rey en 'Sálvame'

Nos ha tocado a la Comunidad Valenciana aportar al gran circo nacional del Senado, nuestro particular bufón de cara empolvada para disimular la vejez prematura de unos supuestos Països Catalans, y pómulos rojos tiñendo un izquierdismo trasnochado. El tal numerero se llama Carles Mulet, lo que traducido automáticamente al español sería Carlos Muleto (según la RAE: "Mulo pequeño, de poca edad o cerril". Completa el atavío de semejante hazmerreír "tonto de pueblo", aunque raramente lo consigue, unas camisetas antimonárquicas en las que se puede leer "Los Borbones son unos tiburones", aunque no especifica si de Spielberg o nuestros marrajos más próximos. En cualquier caso, ya me gustaría verlo a él caído en un estanque de piscifactoría y nadando desesperadamente entre esos bichos a su búsqueda y captura: ¿nos reiríamos como en el circo romano? que practicaba este tipo de espectáculos, ¿o le echaríamos, humanitariamente compasivos, un cabo y salvavidas? Probablemente, y por incompatibilidad de seseras, lo segundo.

Aunque también es cierto que, tras sacarlo de aguas comprometidas, lo encerraríamos una buena temporada en aquella "Cárcel de papel" de la siempre añorada revista satírica "La Codorniz". Sobre todo, después de que el ínclito payasete, cambiándose la dignataria toga de senador por el disfraz de la "Commedia dell'Arte" más disparatado, haya reclamado al estrado del mismísimo Senado de los Padres de la Patria, a Bárbara Rey, aquella dulce cabaretera de la Transición, y hoy añosa reliquia a la búsqueda de editor que publique las andanzas de semejante cuerpazo murciano y de gloriosa desnudez (entonces) que agotó varias ediciones del semanario "Interviu", para que nos cuente si cobró (y eso tiene un nombre) por sus ¿inestimables? servicios sexuales al entonces monarca Juan Carlos I. ¿Con pelos (o depilada) y señales explícitas al estilo "hard porn", o con el lenguaje mojigato y metafórico de las novelitas eróticas de principios del siglo XX? ¿Cumplió doña Bárbara domadora con la Hacienda pública abonándole el IRPF y el IVA obligados en cualquier otra profesión, aunque no sea tan antigua? ¿Venderá Ander Gil (presidente del Senado, asesorado por nuestro picarón Carles Mulet), el relato de los hechos amorosejos descritos en la Cámara alta para que algún desocupado director español filme el remake a la española de "La putain du roi (1992)"?

Mulet llamó "cretino" y "tonto del pueblo" al alcade de Valdelagua (Soria), un currito con callos en las manos y el lomo doblado de trabajar mientras se ocupa de la intendencia de un ayuntamiento

Con fulanos como éste, no es de extrañar que Fran Ferri, portavoz de Compromís en Las Cortes valencianas, deje el escaño, harto de ser eco de estulticias pancatalanistas, para volverse a la privada ganando tiempo y dinero; que la propia Mónica Oltra esté de negociaciones inconfesadas con la ministra Yolanda Díaz y otro grupo de amazonas políticas para formar un pastiche a la izquierda del PSOE con recuelos en crisis; o que las últimas encuestas descalabren a Compromís en muerte lenta.

El senador que quiere convertir en un circo el Senado para humillar a Felipe VI

Carles Mulet (y por cierto, "García" de segundo apellido) llamó "cretino" y "tonto del pueblo" al alcade de Valdelagua (Soria) "tonto del pueblo" ("persona conocida localmente por su ignorancia o estupidez" Wiki; y poco ha faltado para que se lo encasquete al de Elche (Alicante) cuando el regidor municipal le ha reconvenido para que no se meta donde no lo llaman, y que con amigos así no necesita enemigos para que la famosa Dama ibérica no venga a quedarse, más o menos definitivamente, donde nació. Insultar a un currito con callos en las manos y el lomo doblado de trabajar mientras se ocupa de la intendencia de un ayuntamiento, para que lo eligieron sus apenas 20 vecinos, es tan estúpidamente cruel por parte de un chiquito educado en la Universitat Oberta de Catalunya, como demostrativo de que aquí en la Comunidad Valenciana el más tonto, no solo hace relojes, sino que va al Senado.

¡Som la hòstia, tu!