| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ximo Puig y Vicent Soler en una reciente reunión telemática / GVA
Ximo Puig y Vicent Soler en una reciente reunión telemática / GVA

El discriminado discriminador

Si el gobierno de Ximo Puig pide para Madrid un impuesto especial por capitalidad, estará de acuerdo, por la misma razón, en que Valencia pague más impuestos que Alicante o Castellón

| Pedro Nuño de la Rosa Edición Alicante

"Consejos vendo y para mí no tengo", o su variante: "consejos doy que para mí no quiero". Es un refrán cinegético de ave que avisa del peligro inminente, pero mientras los demás huyen pavoridos y todo lo rápido que les permite su naturaleza, sin embargo, ella queda a merced del depredador siendo la primera en caer bajo sus garras o disparo. 

Nuestro Molt Honorable Ximo Puig es el alcaraván (pájaro estepario de canto lastimero), que recientemente ha cantado un SOS impositivo removiendo el vuelo de las tributaciones entre todas las autonomías, menos en la más centrípeta de todas: Madrid, a la que reclama compensatoriamente una especie de tasa especial, simple y llanamente por tener en su territorio la Villa y Corte de todas las Españas. Algo que según el President valenciano de Morella proporciona al Foro unos pingües beneficios añadidos que a los demás, periféricos todos/as, no alcanzan. 

La otra noche viendo en 13 TV al conseller valenciano de Hacienda Vicent Soler, interrogado por los habituales tertulianos/as de la televisión eclesiástica, sentí ya no vergüenza ajena de paisanaje, sino verdadero estupor ante un balbuceante Catedrático de Economía Aplicada, y ahora también intitulado "responsable del Modelo Económico de la Comunidad Valenciana", cerciorando que el resto de españoles no habíamos entendido nada del equitativo mensaje tributario de su presidente Puig; y que donde dijeron digo, ahora dicen Diego; como si el resto anduviéramos sordos o lelos, y todos los medios de comunicación hubieran abierto telediarios y primeras páginas con un sofisma monumental, tergiversando no solo al ocurrente Ximo, sino y también a esa lumbrera de indecisiones (hoy puede estar con Los Aliados, y ayer con El Eje) que es el Ministro de Inclusión Social José Luis Escrivá, avalista del valenciano en la sobretasa a pagar por todos los madrileños traidores al sagrado voto socialista, simple y llanamente por joder a la contestona y bragada Isabel Díaz Ayuso, cuya contundente victoria autonómica, encima respaldada por los legionarios de Vox, ha ridiculizado a los estrategas monclovitas, que todavía no se explican semejante jaque mate pasto 

Viejo zorro político, este Vicent Soler que empezara su andadura con Ernest Lluch y Alfons Cucó, impulsando un socialismo valenciano "independiente del centralismo de Felipe González", circunstancial y pancatalanista, para después integrarse en el PSOE-PSPV, y comenzar a chupar de la teta de Lerma lo que no había conseguido ganarse en las urnas. 

No solo nos dejan sin plus compensatorio, sino que apenas mandan a la provincia de Alicante la calderilla del presupuesto en investigación universitaria

Pero, y donde ya tira por la ventana a sus enrocados Països Catalans, sean del servilismo independentista, socialistas a la violeta o comunes podemitas, es cuando los periodistas de la zona que conocemos muy bien nuestro terreno y sus movidas, preguntamos si Valencia capital y por extensión provincia, no debería, precisamente por esa capitalidad taifa que le ha dado la España de las autonomías, pagar más impuestos que Alicante o Castellón (empobrecidas filiales geopolíticas). Sobre todo, en el caso de la primera y sureña porque, si bien es cierto que Valencia puede ser la tercera potencia socioeconómica en España, Alicante báscula entre la cuarta o la quinta provincia (población+PIB), y parece obvio que no estamos equiparando a Barcelona con Gerona, Zaragoza con Teruel o Sevilla con Almería, por poner solo tres ejemplos. 

 

Y verbigracia: no solo nos dejan sin plus compensatorio, sino que, y, además, después de haberse puesto modernos con la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), montada expresamente para la colaboración entre universidad y empresa, bajo los postulados de I+D (investigación y desarrollo), de un presupuesto total de 52, 3.000.000 €, apenas mandan a la provincia de Alicante la calderilla de 8, 8 millones, cuando las dos universidades alicantinas, la UA y la Miguel Hernández de Elche, no solo acogen departamentos de investigación específicos y multidisciplinares, sino que poseen sus propios centros científicos de mutua colaboración entre universidades e instituciones políticas como la propia Diputación de Alicante y empresariales (COEPA) dirigida por Perfecto Palacio, quien manifestó: "es intolerable la discriminación que ya soportamos desde hace años por parte de la Generalitat Valenciana; todo son buenas palabras, pero las cifras en ayudas resultan claramente parcas y discriminatorias". 

Ahora dirige el Centro de Inteligencia Digital Manuel Palomar, que fuera Rector de la Universidad de Alicante, y que también ha puesto el grito en el cielo, porque donde no hay dinero no puede haber investigación. Sobre todo, en una provincia como la de Alicante con una industria tan diversa y dispersa, empezando por el turismo, alimentación, calzado, textil, etc., por no hablar de la "sumergida" que es colateral y subsidiaria de todas las anteriores manufacturas y servicios. 

Lo dicho: ven la discriminación en el ojo ajeno, pero no en el propio.