| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Miguel Millana y Francesc Sanguino junto a concejales y militantes del PSOE de Alicante
Miguel Millana y Francesc Sanguino junto a concejales y militantes del PSOE de Alicante

El PSOE alicantino en su laberinto

Pocas asambleas del socialismo alicantino no han estado ganadas previo pacto entre las tribus, y eso es algo que Ángel Franco domina como nadie

| El Barón Edición Alicante

Miguel Millana es un veterano socialista cuya principal virtud consiste en oír a todos y no escuchar a nadie. Lo que se dice en privada confesión, no se repite ni mantiene en asamblea previamente pactada hasta el manoseo trilero. Algo lógico, por otra parte, dadas las sempiternas corrientes personales, que no ideológicas o de estructura funcional de partido, que se dan en Alicante capital, incluso provincial, siempre desconfiadas, primero entre ellas por comarcas, y después del rodillo valenciano empleando el palo y la zanahoria contra y a favor de quienes consideran súbditos de una desorganizada banda que va por libre, ("los bárbaros del sur") pero no compañeros con mando ejecutivo en el Cap i casal, hoy en manos del cesáreo Ximo Puig.

Como secretario general de los socialistas alicantinos, Miguel Miñana agota un día sí y otro también la batería de su móvil, intentando el aplec imposible de cuadrar círculo y rodillo de una lista consensuada, solvente y capaz de encajonar al popular (en su doble acepción) Barcala en las próximas municipales.

Y claro, la primera víctima en el borrador de los acuerdos futuribles ha sido Francesc Josep Sanguino i Oliva, "Paco" para los amigos de siempre y también para los coneguts de guerra i prou (política): un hombre de Talía que había leído a su admirado Alfonso Sastre: "Y también se podría decir que hacer teatro es implicarse en la vida social, comprometerse en las luchas de esa sociedad", por lo que, muy corajudo y comprometido él, saltó del proscenio universal a la bancada municipal; sin estudiarse antes a ese sabio de las componendas postapocalípticas europeas que fue Konrad Adenauer, advirtiendo como: "Hay tres tipos de enemigos: los enemigos a secas, los enemigos mortales y los compañeros de partido".

Aviso del político alemán que conoce muy bien Ángel Franco. Al fin y al cabo, es un vaticanista y estudió donde llevan mandando más de 2000 años ininterrumpidos. A Franco se lo han querido cargar todos los periodistas +1, empezando por el diario Información y acabando por Radio-galena Cuatretondeta, pero ahí sigue impertérrito como "Pulgoso" riéndose de sus matadores, incluidos los "compañeros de partido" con la daga escondida en la faja o en el liguero. No le interesa el poder con medallas en el puente de mando, ni la vistosidad de los éxitos efímeros, su pasión es la fontanería de la sala de máquinas para que el paquebote socialista siga navegando a pesar de los achaques de una militancia mayoritariamente tan vieja como él y que es la que le proporciona los votos necesarios para ganar asambleas.

Asensi quiere quitar a Sanguino para ponerse él, pero ambos lo tienen tan claro como la sopa de un asilo

Otro que interviene en esta última movida socialista, es el profesor universitario de Pepote Asensi, el eterno aspirante a la alcaldía y sempiterno perdedor, porque en el campus, como ya se demostró con Pina, es minoría gauchdivinista de clasismo intelectual, incapaz de conectar con las bases curritas, y dándose siempre de bruces con los, en apariencia, indoctos de la derecha cerril. Asensi quiere quitar a Sanguino para ponerse él, pero ambos lo tienen tan claro como la sopa de un asilo.

Y la tercera en discordia para sentarse en el trono capitalino, Ana Barceló, a la que algún despistado ha dado pábulo, me suena a puro chiste y carne de boutade para llenar papel. Qué más quisiera Ximo Puig que quitársela del Gobierno después de sus clamorosos patinazos en la resbaladiza e imprevisible covid como Consellera del ramo sanitario-preventivo. Ayer pedía tantas vacunas como hoy le sobran. Pero su hándicap principal radica en que poco menos que nada tiene que ver la alcaldía que ocupó en Sax (no llega a los 10.000 habitantes), con la de una ciudad (300.000 habitantes) que además es la capital y zoco provincial, tantas veces enfrentado a Valencia por manifiestos agravios comparativos (véanse presupuestos).

 

Así que hablar a día de hoy del propuesto/a para sustituir a Luis Barcala, quien tampoco escucha los cantos de sirena de Pablo Casado porque le recuerdan cuando Aznar se llevó a Zaplana y se hundieron ambos, me parece ganas de ganistas de gastar papel y espacios radiotelevisivos, aunque esa sea la obligación del periodista cuando quiere envanecerse como adelantado gurú de los políticos. Pocas asambleas del socialismo alicantino no han estado ganadas previo pacto entre las tribus. Y eso es algo que Ángel Franco domina como nadie, es su vida: a los años me remito.