| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Sobre mujeres escritoras (III)

¿Cómo me quito el asco de las mentiras que oigo y veo a diario en la política? Lo tengo  claro: con la buena literatura que es la que me despista, por ejemplo, de la moción de censura payasa

| Manuel Avilés Edición Alicante

No entiendo una mierda. Tras un día extenuante de escritura y vigilancia de obras, pongo el programa de mi amiga-alumna-maestra, Ana Terradillos - ¿con qué diablo ha  pactado esta mujer? La conocí en el 95 y no ha pasado por ella ni un año. Yo, de mayor, quiero ser así. Ahora no se puede decir guapa porque te cae la del pulpo, pero Ana está guapísima-. Pues eso, pongo su programa para informarme y veo cómo en Talavera de la Reina, un hijo de puta redomado, le pega una paliza a una mujer en plena calle. Le da puñetazos mientras ella intenta defenderse arrugándose, tirada en el suelo. Todo es grabado por alguien.

Informa Terradillos que, detenido por la policía, este cabrón ha sido condenado a veinticuatro días de trabajos en beneficio a la comunidad y cuatro meses de alejamiento. ¿Con ese video flagrante? ¿Cómo me pregunta la gente por lo escrito en la portada de “El gato tuerto” acerca de mi desconfianza en la Justicia después de cuarenta años trabajando para ella?  Ahí tienen la evidencia y no digo más porque no quiero iniciar más líos de los que puede soportar un abuelo a punto de crematorio.

Alicante está peor que Zaporiya. Imposible transitar por él sin botas de montaña, cuerdas de rappel, cuchillo de Rambo y demás elementos de escalada. Me voy a partir de la risa esta Semana Santa y este verano con los abuelos sacados de la zanjas en parihuelas. Solo hay que ver los atascos del puerto para preguntarse espantado quien es el planificador. Algo tendrá que ver el encargado de la seguridad en las mascletás de Luceros, ese que limpia la plaza – como Kiev en las alarmas antiaéreas- para dejar sitio a los enchufados.

Me llaman del banco  - no es una estafa - en su última promoción para clientes fieles van a regalar un calcetín para guardar los ahorros. Esto está jodido. Tras la hecatombe de Leman Brother en 2008, ahora llega la del Silicon Bank, peligrosamente contagiosa. Otro batacazo que acabaremos pagando los de siempre. La inflación en febrero ha sido del 7% y los políticos, ausentes, solo piensan en su sillón. Dicen que peligran las pensiones. Habrá que tirarse al monte. Ningún problema.

 

¿Cómo me quito el asco de las mentiras que oigo y veo a diario en la política? Lo tengo  claro: con la buena literatura que es la que me despista, por ejemplo, de la moción de censura payasa que ha hecho el señor Abascal. En el colmo del ridículo he oído que quieren poner una tarima a ras del suelo para evitar que  Tamames – en su época un economista brillante- tenga que subir las escaleras porque no puede. ¿Un candidato a Presidente con ochenta y nueve años? Un señor que no puede ni con las alpargatas, cuando hasta los obispos, que no tienen nada que hacer, dimiten a los setenta y cinco. De risa. Esperpéntico. De asco.

Ana Merino, ilustre escritora – de casta le viene al galgo-, catedrática de universidad, ganadora del Premio Nadal en 2020 con su dulzura te quita inmediatamente el mal sabor de boca que te dejan estos políticos aferrados al sillón del que viven como Dios. En su novela “Amigo” toca varios temas  importantísimos a mi entender. Habla de la Generación del 27, poetas impresionantes que convivieron muchos siendo jóvenes en la famosa Residencia de estudiantes. El personaje esencial es Joaquín Amigo, íntimo del poeta de Fuentevaqueros, y asesinado como él, Lorca por los golpistas del 36 y Amigo por los rojos. Los dos bandos cometieron atrocidades. Sus escritos, encontrados e investigados por Ana Merino, son la base de esta novela. También es esencial  Inés Sánchez Cruz, doctoranda mejicana, universitaria vocacional que cuenta con detalle las luchas de poder y las zancadillas en ese ámbito en el que solo debería importar la inteligencia y la capacidad de trabajo. Enorme hallazgo la novela de Ana Merino: “Amigo”. 

Angelique Pfitner, de evidente apellido andaluz, una mujer empoderada y emprendedora. Organiza el Festival Lloret negre, con todos los elementos  - novelas, relatos, cine…- de ese color. Ha escrito una novela importante: “Matilde” que plasma la realidad de las mujeres machacadas por una sociedad que las considera seres de segunda clase. Nos pasea por España desde 1920 hasta hoy en una novela de vidas. Matilde, desde su Martos natal, nos muestra una realidad viva: obedecer, callar y ser fiel. Las mujeres de ese siglo. Pasan por ella desde el gran traidor  - casi tanto como su bisabuelo Fernando- Alfonso XIII, la segunda república, la guerra civil, la transición…hasta hoy. Se queja la autora de “esta generación del presente llena de comodidades por el trabajo de sus progenitores, que no sabe absolutamente nada”. Retrata esta novela a una generación que luchó para dejarnos un legado de superación. No se la pierdan.

Chus Sánchez. Dulce, delicada, silenciosa e intelectualmente potentísima, esta periodista se ha metido de lleno en el mundo de la literatura sin hacer ostentación de nada, pero dejando huella en cada página. “Eligieron ser libres” unas mujeres borradas de la historia porque no fueron ejemplares a los ojos de sus contemporáneos y se rebelaron contra los férreos e injustos convencionalismos de su tiempo. La primera maestra del Nuevo Mundo que luchó contra la esclavitud de las nativas; una militar del siglo XVII que se licenció como sargento; las aventuras de una espía cazanazis; una bandolera reclamada por la Justicia. Mujeres perseguidas a las que esta novela de Chus Sánchez coloca en el lugar que les corresponde.

Macarena Muñoz. Andaluza pero instalada desde hace mucho tiempo en Frankfurt donde es profesora de lengua. En su novela “Los extranjeros” demuestra y pone negro sobre blanco un gran conocimiento de la historia reciente de España. Me ha impresionado sobremanera su conocimiento de ese gran fiasco, con Franco en las últimas que no se enteraba de nada y Fraga Iribarne haciendo y deshaciendo: la independencia de Guinea Ecuatorial que España dejó en manos de un dictador, Francisco Macias, que derrocado y asesinado por su sobrino, Teodoro Obiang, dejó aquel país en manos del mejor postor, el que más dinero ponía sobre la mesa y el que más corrupción consentía. Franco ya criaba malvas y no quiso saber nada de Guinea como no quiso saberlo del Sahara. Me resulta sorprendente, Macarena es más joven que yo, que “controle” incluso a personajes tan destacados y polémicos como García Trevijano, abogado granadino que intervino en la Constitución de ese país. Interesantísima obra de Macarena Muñoz.

Gema Peñalosa. Periodista menuda y vivísima. Lista como un rayo, afilada  y clarísima en su escritura. Gema ha escrito una novela pequeña pero impactante: “Fuego". La mujer que buscó justicia en una botella de gasolina”. Como periodista de sucesos que es, Gema tiene ese olfato que caracteriza a quienes saben localizar las historias potentes. Esta es una novela tan negra como real: un desalmado, el Pincelito, viola en la Vega Baja de Alicante a una niña de trece años. El pueblo se divide, pero el violador acaba en la cárcel, donde debía estar. El asunto parece olvidado. El Pincelito obtiene su primer permiso carcelario y vuelve al pueblo sacando pecho, un chulo barato. La madre de la niña violada se entera de ese permiso y decide encontrar justicia en una botella de gasolina: Prende fuego al Pincelito, el violador de su hija, en el bar donde tomaba cañas. Muere a los pocos días en la Unidad de quemados de la Fe.

Yolanda Cabezuelo. Periodista sevillana, inteligente, guapa y magnifica escritora. “La cala de San Antonio” es su última novela. Pertenece – aunque yo no sea especialmente seguidor de este género- al llamado realismo mágico. Una novela plenamente alicantina inspirada en las calas de Torrevieja, la isla de Tabarca y en Aigües de Busot. Entrando de lleno en el terreno de la ficción la autora nos describe un pueblo en el que conviven en armonía vivos y difuntos. Surgen amores profundos y disparatados y, entre esta fantasía, un cura peculiar que analiza virtudes y pecados. La fantasía de Yolanda desborda en esta novela.

¿Qué me dicen? Tres entregas de mujeres escritoras como homenaje a las que leen más y escriben mejor que nosotros aunque yo no sea partidario del día de la mujer, ni del niño ni del hombre ni del trabajador ni de nada. Todos los días son días de todos, a ver si se me entiende el trabalenguas.