Los miserables

Escucho en una emisora, circuito regional CV, que una madre, desesperada, lanzaba una solicitud de ayuda para solucionar un grave problema: su hija tiene una terrible enfermedad, hoy por hoy incurable, el TEA , trastorno del espectro autista.

La madre nos informaba que su hija mientras acudía a la escuela especializada en niños con dicho trastorno era apacible, cariñosa, obediente y no generaba problemas, pero cuando cumplió 18 años y terminó su aprendizaje en el colegio especial dependiente de la consellería de educación de la Generalitat Valenciana, la pusieron en la calle y el gobierno valenciano se desentendió de ella y a partir de ese momento se volvió agresiva, violenta e insoportable.

La madre comenzó a enviar solicitudes a fin de conseguir una plaza en los escasos centros de acogida de estos adolescentes y se encontró con la tremenda y macabra realidad: los centros son escasos y no hay plazas; colocan las solicitudes en la lista de espera y de acuerdo a la información obtenida, no se mueve desde hace dos años.

El pasado 14 de marzo, un adolescente autista, subió en el autobús de la EMT valenciana, la empresa municipal de transportes que preside el Alcalde Ribó, ese personaje histriónico y sectario que arribó el primer día de su nombramiento al despacho de alcaldía en bicicleta como su conmilitón Baldoví arribó con la trompeta y el bombo al palacio de la Carrera de San Jerónimo, y debido a lo sensibles que son estos adolescentes a los ruidos, se puso muy nervioso y como es habitual en ellos comenzó a emitir frases repetitivas y sin sentido que se denominan “esterotipias” y un ciudadano se quejó al conductor el cual llamó a la policía local. Personados los agentes, bajaron del autobús al muchacho, lo cachearon y lo dejaron en una calle que el enfermo no conocía, totalmente desorientado y sin ningún tipo de protección. Un viandante se interesó por el muchacho, lo tranquilizó y con mucha paciencia logró que le indicase su domicilio. Dinero hay para colocar al cuñado de este personaje, Ribó, pero no hay dinero para abrir centros de acogida de autistas.

Yolanda Díaz anda zascandileando bajo el manto protector de la placenta amable que todo lo digiere la solidaridad con la clase obrera, con los sindicatos, pero ojo, únicamente con aquellos denominados de clase, y “a distinguir me paro las voces de los ecos y escucho solamente entre las voces, una” entendiendo que entre UGT y CCOO, escucha a uno únicamente, producto de su carácter sectario. Nuestra heroína vestida ora de Armani, ora de Chanel, ora de Prada, ha decuplicado las subvenciones a los ociosos sindicalistas de comisiones, elevando a 18 M de euros el riego por goteo presupuestario sindical. Dinero hay para colocar a las “amigashas” de esta modelo de Vogue, pero no hay dinero para construir centros de acogida de autistas

Dinero hay para “Xiringuitos” diversos, para “fiestas de pijamas” de esta gentuza, para una televisión que no la ve ni el director general

Otra conmilitona de Oltra, Baldoví, Díaz y demás fauna vegetativa, Ada Colau, alcaldesa por ahora de Barcelona y meona de la diagonal, ha creado un “Xiringuito” para enseñar al macho como hay que ser dentro de las normas correctas que intenta imponer esta gentuza, para ello, el “Instituto de Masculinidad Positiva”, imparte, desde octubre enseñanzas acerca de la masculinidad abierta, plural y heterogéneas, alejados de formas relacionales desiguales o injustas; el chiringuito está presupuesto en varios millones de euros y obviamente la contratación se reserva, sutilmente, a personas de probada confesionalidad LGTBI. Para toda esa divertida fauna que llena Chueca cada año en la fiesta orgullosa y gay, hay dinero pero no para construir centro de acogida de autistas.

Baldoví

No quiero, querido lector, seguir agobiándole con ejemplos de la deriva que se está produciendo en la administración del estado, no quiero agobiarle ni amargarle el día, pero quiero volver a la madre de esa adolescente. Mónica Oltra, esa sectaria fascistoide de ideología comunista, conseller de “políticas inclusivas” y demás historias, no sólo ha abandonado a los adolescentes que son arrancados de la patria potestad de sus padres para depender del departamento de la que ella es su máxima responsable, y los abandona frente a la pederastia del que fue su marido, sino que es inmune a esa madre desesperada. Dinero hay para “Xiringuitos” diversos, para “fiestas de pijamas” de esta gentuza, para una televisión que no la ve ni el director general y cuyo programa más visto es la misa dominical. Con respecto al otro talibán, Marzá, prefiere gastar el presupuesto en subvenciones al Ayuntamiento de Yecla, provincia de Murcia, para promoción del valenciano, que en construir centros de acogida y ayuda para estos adolescentes con autismo. El payo le envió 2 millones de euro a Yecla y el concejal de cultura de allá todavía no se lo cree. Ni siquiera la pluma de Victor Hugo podría definir mejor a estos miserables.

Juan Navarro

Doctor en Ciencias