| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Juan Antonio Miralles cortando uno de sus quesos
Juan Antonio Miralles cortando uno de sus quesos

Un colmado del siglo XXI

Si ahora con la pandemia no tienen ustedes voluntad de quedarse en casa cocinando, La Vaquería del Camp d'Elx es uno de los mejores sitios que conozco en Alicante capital para un refrigerio

La posguerra fue muy dura en Elche, como en toda España, y los más viejos del lugar todavía recuerdan la leche en polvo, porque de otra apenas se encontraba al haberse esquilmado ganados y cualquier explotación agropecuaria requisadas para abastecer los frentes.

La familia Miralles entendió que poner en marcha una vaquería, además de una necesidad básica alimentaria para el Baix Vinalopó, sería un pequeño y laborioso negocio capaz de sustentarlos. Así que se pusieron manos a la obra en la pedanía ilicitana de Daimés, no solo como distribuidores por las calles de la ciudad rellenando lecheras a los particulares o llevando sus botellas de cristal ya envasadas, sino que extendieron la producción al queso de vaca, o también como refuerzo a los lácteos ovino y caprino.

La Vaquería del Camp d'Elx

Como tantos otros del Camp d'Elx, lo que en principio fue un lugar donde se vendía desde una bota de sardinas, carburo, paños o embutidos, se transformó en lo que era su industria primigenia de elaboración de quesos y venta de leche al por menor, pero y también cualquier producto conservado desde latería, matanza del cerdo y, por supuesto algo tan apreciado en la zona como son las salazones, empezando por la consabida de mújol, la "garrofeta" (hueva de bonito, mojamas varias y el cuaresmal y multifuncional bacalao.

De uno de los troncos familiares viene Juan Antonio Miralles Martínez, quien he querido sintetizar, lográndolo, quesos de media Europa, siempre pequeños productores, conservas muy seleccionadas comparativas con otras marcas de grandes superficies, y una selecta bodega (destacando los vinos alicantinos de pequeño tiraje), y las huertas ecologistas diseminadas por la provincia y con una producción tan limitada cuantitativa como selecta cualitativamente.

En esta ocasión empecé con un queso de vaca, fabricación propia de la casa, y un tinto de la Cañada que, pese a sus 15°, queda muy suave en boca y ligero. El salchichón no fue gran cosa, pero los "agritos" (boquerones en salmuera con un punto de vinagre) sencillamente espectaculares acompañados por aceitunas aliñadas, también en la casa, que no tenían desperdicio.

El lacón es asunto muy recurrente, pero incomparable al jamón de bellota que nos pusieron con su buen tocino y la grasa necesaria pero justa que demuestra el corte y la procedencia

El pan, traído diariamente de las Bayas, lo untan ligeramente en aceite de almazara oliva virgen también del Camp d'Elx, lo que combinado con un tomate estriado y una mojama de la almadraba Pedrín (Barbate) resulta antológico. Si bien, para andar en probaturas más extendidas, seguimos con los capellanes y el tomate aderezado, una pericana de Muro, ahora entiendo a qué iba el tío Pep, y por seguir alicantinistas provinciales otro queso, muy original por llevar el añadido de la ñora de Guardamar. Y "El Vaquerito", obviamente artesanal de la familia, curado y con una textura propia de los mejores franceses; y su queso Gouda que supera a la mayoría de los seres que llegan a nuestro país, y rematamos bandeja con un gallego más suave, Santo André de Cebreiro que hay que saber cortarlo; y un gorgonzola lombardo "CasArrigoni" que puede comerse con cuchara y está considerado entre los mejores de Italia.

La Vaquería del Camp d'Elx en Alicante. Colmado y degustación

El lacón es asunto muy recurrente, pero incomparable al jamón de bellota que nos pusieron con su buen tocino y la grasa necesaria pero justa que demuestra el corte y la procedencia.

Entre los guisos enlatados, tienen desde el morteruelo conquense, pasando por unas pochas navarras y llegando al conejo montaraz en escabeche, en esta ocasión optamos por las patitas de cordero que no pasan desapercibidas, aunque obviamente a distancia de las que pueden elaborar en cualquier lugar de La Mancha de cuyo nombre nunca me olvido. El vino Hacienda Zorita, un Duero clásico de la casa, no marida mal con lo antedicho.

Una de las vacas de La Vaquería del Camp d'Elx

En definitiva, si ahora con la pandemia no tienen ustedes voluntad de quedarse en casa cocinando, este es uno de los mejores sitios que conozco en Alicante capital (sucursal del ilicitano) para un refrigerio muy digno e informal (mesitas redondas con banquetas) donde el comensal acorta o alarga un menú según gustos y apetitos.

La Vaquería del Camp d'Elx

C/San Juan Bosco, 10

Teléf. 600 488 802

Precio medio 25 a 35 €

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