| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana
Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana

No por más necesario, menos inútil

El indeciso President se ve abocado a remodelar todo su Gobierno arguyendo el cuento de la lechera con los fondos europeos por venir

Hace más de un año que Ximo Puig barruntaba cambiar parte de su Gobierno como quien se hace transfusiones de sangre nueva para revitalizarse ante su último año y gira en la Comunidad Valenciana, al estilo de Keith Richards (Rolling Stones), o del célebre mito romántico de Bram Stoker (Drácula).

Pero lo fue posponiendo varias veces por culpa de su atribulada socia hipernacionalista de Compromís, Mónica Oltra, acoquinada por la Justicia rastreándole el turbio pasado conyugal, de ahí su animadversión personalísima contra la fiscal en excedencia Gabriela Bravo Sanestanislao, e indigesta compañera de Consell, quien de continuo le advertía al Molt Honorable que las mujeres del César deben ser honradas, además de parecerlo, en referencia a una posible imputación de la señora Oltra por culpa de un atrabiliario exmarido abusador de criaturas. Algo que no le perdonó la lideresa pseudoindependentista trastocándole a la Consellera de Justicia algún que otro nombramiento simplemente: "per fotre-la", por muy compañera sentimental que esa "señorona" fuese del mismísimo Ximo Puig, a quien su santa esposa acababa de poner de patitas en la calle de la infidelidad: situación y condición humana que diría Malraux. Y eso que "la Bravo" también se las trae bravas como algún día contaremos de quien pudo ser ministra en Madrid, pero se acoquinó.

En ese juego de damas (Oltra-Bravo) andaba peleándose el Ejecutivo valenciano, cuando de repente al patibulario Marzà conseller de Educación, harto ya de rebeliones en las aulas por culpa de sus imposiciones catalanistas de lenguas divisorias, se tira por la ventana y, aún lisiado, le hace un corte de mangas al President y a la vicepresidenta Moniqueta, pidiéndoles que lo cambien de oficio y sección a un puesto igualmente remunerado, ahora a cargo de la Tesorería de Compromís y de Les Corts, pero sin llevarse todos los días brutal repaso público y mediático aguantando más bofetadas que un viejo sparing sonado. Y para que no falte de nada en este tsunami del maestrillo, el buen hombre declara que quiere aspirar a la Presidencia de la Generalitat, sin encomendarse a mayor proceso asambleario, ni reparar que el propio Ximo Puig le lleva dos vueltas de ventaja en una carrera de tres circunvalaciones.

Así pues, el indeciso President se ve abocado, "no es más triste la verdad, lo que no tiene remedio", a remodelar todo su Gobierno arguyendo el cuento de la lechera con los fondos europeos por venir (¿cuándo?), y predisponiéndose a mandar en un futuro de ¡toda una década! como mínimo, cuando las encuestas no le dejan resollar a trimestres vista. Ya me contarán, emporio de baterías aparte, qué puede hacerse en un año con el séptimo round de la covid tocando la campana, la economía maltrecha, el turismo más caro en comparación con nuestros habituales competidores a la otra orilla del Mediterráneo, y unos consellers que al poco de sentarse (remodelando equipos afines) ya tendrán que levantar posaderas para dedicarse a la precampaña electoral vendiendo humo y buenas intenciones en el tópico marco de las utopías del manual político, clavadas en el tablón de anuncios de los nuevos nombramientos.

Mazón engorda gracias a los fracasos del tripartito gobernante

 

Este periódico ya le viene informando puntual y fehacientemente de los que se van (o, mejor dicho: los han ido), y los recién llegados al sprint final, por lo tanto, huelgan comentarios pormenorizados sobre las personas. Sin embargo, no puedo evitar aquel deseo tantas veces pronunciado por lo bajo en los funerales de "tanta Gloria tengas, como paz nos dejas", en referencia a la socialista correosa Ana Barceló, y al "comprometido" con Països Catalans Vicent Marzà, por aquello de "peor imposible" en sus incoherentes y totalitarios mandatos, consiguiendo la una, sublevaciones de las batas blancas, y el otro, la declaración de los sindicatos docentes.

Sus cambios en el Govern, Señor President, "han llegado más tarde que las palmas a Bogarra" como dicen por allá nuestros límites con las Castillas, en ancestral crónica popular de cuando en cambio de llegar las ramas datileras para preceptivo Domingo de Ramos, las trajeron en Navidad para acompañar al retoño divino en lugar de cortejar en Semana Santa al promártir de la Cristiandad. Y claro está, se quedaron arrumbadas e inutilizables en el patio del párroco.

Es lo que traen "las amistades peligrosas" entre las escapadas infidelidades del tálamo político y "dormir con el enemigo en casa" Puig se está quedando sin crédito electoral. Mazón engorda gracias a los fracasos del tripartito gobernante. No le mande más jamones del relanzamiento político-social y de poner a la Comunidad Valenciana en el mapamundi: para lo primero se ha hecho tarde, para lo segundo no hace falta, ya estábamos proporcionalmente.