| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El Ayuntamiento de Alicante ha aprobado una ordenanza para combatir las mafias de prostitución y mendicidad y el vandalismo
El Ayuntamiento de Alicante ha aprobado una ordenanza para combatir las mafias de prostitución y mendicidad y el vandalismo

Gente de mal vivir

El Ayuntamiento de Alicante se descuelga con una Ordenanza Pública contra la prostitución, la mendicidad callejera, los frikis asaltaplayas y restantes malajes urbanitas

| Pedro Nuño de la Rosa Edición Alicante

Hemos conseguido meter la casa de "tócame Roque, mamá que me toca Roque, en el patio de Monipodio. Aquí todo el mundo va por libre con los magistrados haciéndose ternos de políticos prêt-à-porter, y, viceversa, los electos poniéndose las puñetas como si fueran pulseras simbólicas de la equidad independiente. Es un juego tóxico que marea al tiempo que flipa al personal mirando hacia una Administración u otra devolviéndose decretos como si fuesen endiablados mates de raquetas o palas. Un cachondeo entre el Legislativo y el Ejecutivo cual si también jugaran al pádel de las contradicciones a ver quién suelta el arreón más fuerte e inalcanzable al competidor. Ahítos nos tienen.

Y como los Ayuntamientos, terceros en la línea de mando no van a ser menos que Moncloa o la Generalitat, ahora el consistorio de Alicante capital se descuelga con un proyecto de ordenanza pública contra la prostitución, la mendicidad callejera, los frikis asaltaplayas o esquinados, y restantes malajes urbanitas que pululan por los márgenes de lo socialmente correcto; vamos: contra el lumpen más descalabrado y ácratas del convivium en nuestra correcta colectividad de consumo.

Para empezar, eso de quitar las putas de la vía pública, ya lo intentaron en Mesopotamia hace 6000, y así en todas las épocas ulteriores y países hasta los corrientes, sin el menor éxito; entre otras razones, humanas mismamente, porque las y los que cobran por l'amore è un attimo o un desfogue freudiano, van desde Corinna Larsen hasta la desaseada ajada en años y vida perra que en cualquier rotonda pide 10 o 20 euros por sus servicios. Y en medio de la carísima y la tirada, todo un abanico de casas de citas, masajeos tarifados, y ya no digamos puticlubs y Kamasutras con el taxímetro puesto.

Recuérdese a los socialistas en el gobierno municipal cuando las expulsaron de la plaza Gabriel Miró por la fuerza, pero al día-noche siguientes montaron su negocio paseante a la salida de la carretera de Elche y Santa Pola. O cuando los Bancos se quejaban al alcalde Ángel Luna (PSOE) de que sus cubículos de entrada con cajeros automáticos se habían convertido en las suites de los más menesterosos con colchón de cartonaje y manta arrecogida; tan cumplido caso hizo les hizo Angelín que no tuvieron más remedio que sacar los cajeros al exterior con lo cual la gente obtiene su dinero como si lo extranjera inclinad sobre un pozal. Y, para qué hablar de cuándo los servicios sociales municipales hicieron una redada por frikilandia a ver si conseguían meterlos en cenadores, dormitorios y duchas colectivas, recibiendo como mejor respuesta un corte de mangas desesperanzador por parte de quienes no quieren mejor ni mayor amparo que el de sí mismos.

Barcala ha hecho un brindis al sol de las buenas intenciones que irán al limbo de los propósitos inacabados, pero fracasará como sus antecesores

 

Esta semana estuve en una tertulia televisiva con Diego Menor, de la Federación de Autónomos, y como invitado el concejal del ramo José Ramón González (hoy del PP ayer de X), en amena controversia que dirigía Andrés Maestre. Y claro, salieron a relucir las multas contra los infractores, y que pueden ir desde los 700 a los 3.000€; me dio la risa para que no me entrara la pena, porque ya me dirán ustedes la de supuestos y ficticios "kikis" que tiene que montarse una Magdalena de Sabina para cumplir con la sanción municipal de 1.500€, que no pagará el proxeneta; o hurgar en los desperdicios dentro de los cubos de basura para reunir, al cambio de segunda mano, no ya 500, sino unos miserables cinco euros que dan para un paquete de tabaco, cuando, y así-mismos, suelen tener hipotecada hasta la más mínima salud para sobrevivir en su universo vagabundo.

 

Barcala ha hecho un brindis al sol de las buenas intenciones que irán al limbo de los propósitos inacabados, pero fracasará como todos sus antecesores; y la oposición, pues eso: traca de la matraca con un Natxo Bellido (Compromís) a quien solo le faltó pedir la inmersión lingüística en catalán para el puterío y la colla errabunda; al tiempo que Xavier López de Unides Podem solicitaba poco menos que un referéndum al respecto y para descojono general ciudadano; rematando Llanetes Cano (PSOE) con que los socialistas no persiguen al lumpen urbano y de extrarradio, como si el Ministerio del Interior no fuera el responsable de tantas redadas contra lugares de alterne, o simplemente pidiendo la documentación en la corredera pública a quienes aparentan oficios licenciosos.

Y en eso pasan del tiempo nuestros desocupados ediles/a: punteando políticas tan necesitadas de enjundia y resolución rápida.