| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El presidente Ximo Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra.
El presidente Ximo Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra.

Juan Ramón Gil censura el paso del amor al odio de Oltra y Puig en plena crisis

El exdirector de Información califica de "ilegítima" la actitud de Mónica Oltra y advierte que "en el Palau ya se oye la expresión «gobierno en minoría»".

| Redacción Alicante Edición Alicante

"La cuestión no es en todo caso si Oltra tiene o no razón... Lo grave es que, en medio de la peor crisis de la historia, el Botànic ya no es un gobierno, sino una agregación por defecto de socios mal avenidos". Con estas palabras ha explicado Juan Ramón Gil, exdirector y jefe de Política en el periódico Información, la situación actual de discordia que se está viviendo en el equipo del Botànic por las descalificaciones de la consellera Mónica Oltra hacia su presidente Ximo Puig.

El tándem que fue un ejemplo de estabilidad y consenso se ha disipado. La falta de acuerdo entre ambos ha brillado por su ausencia esta semana ante la presentación del presupuesto destinado a la Conselleria de la vicepresidenta y ante las medidas establecidas para hacer frente a la segunda ola de Covid-19. Así, según Ramón Gil, el desacuerdo entre ambas personalidades ha pasado de ser una "guerra fría" a una "guerra abierta", marcada por la desconfianza. 

El exdirector ha invertido la frase hecha "Juntos y revueltos" para formar la composición "Revueltos, pero no juntos", con la que ha querido hacer referencia a la posición actual de los miembros del Botànic. En este sentido, el periodista, ha señalado la desafortunada actitud por parte de los dirigentes del pueblo, especialmente en la situación de crisis a todos los niveles provocada por la pandemia. Asimismo, ha advertido que el resultado de estos desencuentros a corto plazo suscitan la desconfianza por parte de los valenciano y, a largo plazo, puede desembocar en la renuncia de la "número dos" o en su destitución por parte del presidente.  Todo ello bajo la tónica de una "irresponsabilidad mayúscula".

"Si fuera verdad que del amor al odio sólo hay un paso, aquellos dos líderes que parecían unos recién casados en la foto con la que se selló el primer pacto de gobierno entre el PSPV y Compromís en 2015 estarían hoy más cerca de lo segundo que de lo primero", así se ha referido Ramón Gil al cambio en la relación personal y profesional de los dirigentes. 

La vicepresidenta, que ha tomado una actitud atípica y discriminante, no se sabe si por restablecer su visibilidad o para desviar la atención sobre su propia gestión en las áreas de política social, no ha tenido reparo en tirar piedras sobre su propio tejado, aún sin tener una buena defensa por parte de Compromís. Partiendo de este argumento, el experto en política ha señalado que el Gobierno valenciano tiene al enemigo dentro de su propia casa; "Queda claro que la figura más crítica a la que se enfrentan Puig y el PSPV es una mujer, pero no se apellida Bonig, sino Oltra. ¿Es legítimo? No, estando dentro del gobierno: no se puede ser al mismo tiempo portavoz del Consell y jefa de la oposición". Con estas palabras Juan Ramón Gil, ha despreciado la actitud de la vicepresidenta, tratándola de inadecuada, incoherente y contradictoria por mantenerse en una posición con la que no se identifica.

La maquinaria de picar carne

Por parte de los atacados, estos tampoco se ha quedado con los brazos cruzados. A pesar de que las críticas no son contestadas directamente, "el PSPV ha puesto en marcha la maquina de picar carne", con la que pretende combatir la jugada de la "número dos", explica en su artículo Ramón Gil. Con este objetivo, desde el equipo de gobierno han puesto en cuestión el trabajo de la consellera y lo han comparado con el modelo sanitario que dejaron en su día Cotino y Blasco.

A colación con este asunto, el periodista también ha dirigido algunas críticas a los quienes desean mantener la posición de diputados más que luchar por una mayor inversión para la provincia de Alicante, una vez más castigada por los Presupuestos Generales. 

A la espera de que todos estos desajustes se resuelvan, "tendremos que aguantar un gobierno en cuarentena. Lo que nos faltaba", lamenta Ramón Gil. Mientras tanto, "en el Palau ya se oye la expresión «gobierno en minoría» más de lo que sería deseable".