| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Memoria y silencio en el homenaje a las víctimas de ETA en Mutxamel

El Paseo de la Constitución se ha impregnado de recuerdos a través de los tres monolitos en conmemoración a los dos policías y el civil asesinados

| David Monllor Edición Alicante

El 16 de septiembre de 1991 se hizo el silencio en Mutxamel. Un coche bomba cargado con 50 kilos de explosivos arrancó las vidas de tres personas. Víctor Manuel PuertasJosé Luís Jiménez, ambos policías municipales, entrados en su veintena, y Francisco Cebrián, de cuarenta años, conductor de la grúa municipal, fueron las víctimas del mayor atentado que ha sufrido la provincia de Alicante.

Treinta años ha de aquella desgracia, Mutxamel ha recordado a sus víctimas en el Paseo de la Constitución, en cuyo centro se han erigido tres monolitos como muestra de solidaridad con el pueblo y las familias afectadas. 

Allí se ha reunido un abigarrado gentío compuesto por alcaldes, diputados provinciales, cuerpos de seguridad del Estado, vecinos y familiares. Al son de la zarabanda de Handel, los protagonistas han circulado por el estrado para rendir homenaje a los fallecidos.

Las palabras acaso no son suficientes para recuperar la memoria de los caídos. Así se ha mostrado la viuda de Francisco, cuya intención ha sido recordar que solo le queda el silencio. Anabel, la hermana de José Luis, lacrimosa, ha aducido que "lo perdimos durante su actividad vocacional, y no hay un solo día que pase sin que recuerde esa fecha".

La memoria como reclamo social

Por su parte, el sobrino de Víctor Manuel, joven y decidido, ha lanzado una inquisitoria pregunta al público: "¿Qué necesidad había de hacer tanto daño?". Durante su discurso ha resonado la idea de encarnar los principios de verdad, dignidad y justicia, así como la imperiosa necesidad de superar los intereses partidistas en este tipo de actos. "No hay que politizar todo", ha sido su conclusión. 

En nombre del Ministerio del Interior se ha presentado Paloma Pérez, quien ha hecho hincapié en que una sociedad sin memoria no es nada: "Los actos de recuerdo son de justicia para deslegitimar la violencia ejercida por el terrorismo". Carlos Mazón tenía la responsabilidad de clausurar el acto institucional. Había prometido a las familias de las víctimas no alargarse demasiado. No tenía palabras para mejorar las peroratas previas, de tal forma que ha recordado que los bienes más importantes que tenemos son la memoria y la libertad. "Para defender la libertad, que es nuestro bien cívico más preciado hemos tenido que dar vidas", ha afirmado.

El sentir de un pueblo se ha reunido alrededor del paseo

Como colofón, se ha procedido a descubrir la placa de homenaje preparada en tanto que las familias disponían sus ofrendas florales. Los aplausos, sin embargo, no han sido sino un intento de acabar con el silencio interior que ha causado el terrorismo.