La Habana es también Alicante

La Habana por su historia tiene rasgos identitarios que se relacionan directa e indirectamente con la provincia mediterránea de Alicante: el turrón, ya que con azúcar contribuyó a reducir el coste de producción de ese delicioso dulce y abrirle el mercado tanto hacia al norte como al sur de América; otra, las Habaneras de Torrevieja y también el deporte del beisbol que, con los marineros cubanos, se extendió su práctica en la población alicantina entre finales del XIX y el XX.

Descubierta casualmente por el hidalgo gallego Sebastián de Ocampo una década antes de la fundación de la ciudad en su actual emplazamiento, él descubrió la bahía al bojear Cuba con el propósito de comprobar su insularidad y por reparación de uno o dos navíos(dar carena) “, narró Fray Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias.

En los tres siglos que median entre ambas descripciones, La Habana recibió primero el título trascendente de “Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales”, por su preciada posesión colonial de España en América. Y fue considerada, entre el conjunto de conglomerados humanos de la época, una ciudad excepcional.

La Habana aventajó en residentes totales a Filadelfia, Boston y Nueva York, reputadas ciudades americanas modernas incorporadas al proceso de trasformaciones propiciadas por la Revolución, a finales del XVIII y principios del XIX.

Cuba es un país peculiar, pero en la música es un referente mundial

Víctima de ataques y asedios de piratas, corsarios y filibusteros entre los cuales se destacó el corsario Jacques de Sores, que en 1555 saqueó y quemó la ciudad dejando con vida a tan solo a 36 personas. Por tal motivo se incrementó la necesidad de defensa y tras el trauma de la ciudad quemada por el violento pirata Jacques de Sores, comenzó un frenesí de construir fortificaciones para proteger la ciudad y la flota.

A razón de estas nuevas condiciones, La Habana fue una villa policéntrica desde temprano con su arquitectura, historia, y el mestizaje, es también la mulata que pintó Víctor Patricio de Landaluce en el siglo XIX, por la cual el Leonardo de Cecilia Valdés, perdió la razón; y La Habana declarada patrimonio mundial por la Unesco en 1982; también con la esclavitud trajo todo el dolor del mundo, y la mezcla de razas.

La ciudad tomada en 1762 por los ingleses, quienes quedaron sorprendidos por la gran cantidad de negros libres que caminaban por las calles; y la de la inmigración masiva de chinos cuando se prohibió la trata. Es La Habana de la esperanza, la de la labor rehabilitadora de D. Eusebio Leal Spengler, fallecido Historiador de la Ciudad.

La Habana pudo provocar el legendario recuerdo de las tiendas «Fin de Siglo», «La Casa Grande», «La Casa Blanca» o «El Encanto», en la primera mitad del siglo XX, almacenes que por sus lujosos vestuarios. Comercios donde se formaron César Rodríguez y Ramón Areces, quienes con este Knowhowy el capital adquirido durante su trabajo en esas tiendas, crearon El Corte Inglés, y Pepín Fernández, Galerías Preciados, tiendas-almacenes de lujo del patrimonio español que salieron de La Habana.

De la música cubana es obligatorio hablar. Por eso, aunque el cubano sea músico, cantante y bailarín esto no disminuye su loable trayectoria musical en un mundo tan globalizado,

Cuba es un país peculiar, pero en la música es un referente mundial. Es sorprendente que una minúscula isla pueda producir tanta variedad de ritmos y estilos musicales cuyos sones se conocen en el mundo entero, es una estupenda simbiosis entre lo español y lo africano. Otro atractivo del cubano que, como la música, es resultado del mestizaje de la rumba, la ópera, el guaguancó, el yambú. “La zarzuela, la guajira derivada de la décima canaria y el zapateo de origen andaluz, la columbia, la música cubana también ha influido considerablemente en otros países. Ha contribuido no solo al desarrollo del jazz y la salsa, sino también del tango argentino, el high-lifeghanés, el afrobeat de África occidental, los géneros dominicanos de la bachata y el merengue, la cumbia colombiana y el flamenco español “, entre otros muchos.

Este proceso creciente de desarrollo se ve interrumpido con la irrupción de los EEUU en 1898 con la excusa de la voladura del Maine pero tainos, españoles y africanos con su panteón de divinidades Changó, Yemayá, Eleggua entre otros ,los 150 mil cantoneses y de Macao que trajeron sus dragones y juegos ,formaron junto a los españoles, formaron la arcilla de la diversidad ecléctica y mezclada población cubana, bajo el sol del trópico se mezclaron esas cuatro sangres y ese ajiaco (caldo con viandas parecido a la caldosa oriental) renace La Habana dentro de la cubanidad como la llamó el etnólogo Don Fernando Ortiz y nace el proceso de transculturación en la ciudad de las columnas.

Pastor Gato Cisneros

Profesor de Ciencia Política de la Universidad de Alicante