| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El comandante de la 31º Escuadrilla de Superficie, con base en el Arsenal Militar de Ferrol, y capitán del navío ‘Blas de Lezo’, Gonzalo Leira Neira
El comandante de la 31º Escuadrilla de Superficie, con base en el Arsenal Militar de Ferrol, y capitán del navío ‘Blas de Lezo’, Gonzalo Leira Neira

Aún retumban

Más del 25% de la economía inmersa en la provincia de Alicante es fraude a Hacienda, y explotación a los trabajadores que no tienen otra alternativa si quieren comer caliente todos los días

Nos están pasando por encima los cuatro jinetes del Apocalipsis y el Gobierno valenciano con esos pelos. Claro que los "trifásicos" de la "rive gauche" del Turia, no se habrán leído al Blasco Ibáñez hollybudiano, ni al anterior; mientras de San Juan apóstol solo saben que son fiestas en Les Fogueres d'Alacant. Excesivo mensaje intrincado para cabezas tan preclaras.

El caballo negro que representa el hambre y lleva el hierro africano de la emigración hacia Europa, sobre la que cabalga un paro nacional endémico, siendo aquí "modélicos", tanto en la economía como en el trabajo sumergidos. Según un sondeo de la Universidad de Alicante, más del 25% de la economía inmersa en esta provincia es fraude a Hacienda, y explotación a los trabajadores/as que no tienen otra alternativa si quieren comer caliente todos los días. Y ahora, después de media legislatura comandada por PSPV, comunistas y nacionalistas de izquierdas, no se le pueden echar las culpas a la "derechona capitalista" (UP dixit), ni a Ciudadanos desleído, cuando menos a Vox, que ni está ni se le espera en negociación alguna sobre la pandemia ni sobre lo demás, por ser "infectados" políticos del peor de los trastornos ideológicos.

El bayo pajizo, la muerte, con cerca de 8.500 fallecidos en nuestros lindes, desde que tuvimos el "honor" del primer caído en el ámbito nacional, extinto mismamente en Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, y de cuyo terminal origen contagioso no se dieron ni cuenta nuestras dignísimas autoridades. Tampoco quisieron saber mucho en el Govern de la Generalitat Valenciana, de una atención primaria atestada hasta decir basta a las colas de contagiados, intranquilos o autodiagnosticados; al tiempo, hospitales, y, lo más grave, UCIs desbordados, esquilmándoles camas y boxes al resto de enfermedades y padecimientos, en tantas ocasiones apurados.

El rojo, la guerra, cuya amenaza sobre la nevada frontera entre Rusia de Putin y Ucrania dividida hasta el fratricidio callado por temerosa prudencia, nos tiene acoquinados a los occidentales, pues esto no es Vietnam, que nos cogía tan de lejos, y por experiencia pasada deberíamos recordar deberíamos recordar las lecciones de la Historia, poniendo por caso que cuando se lanza bombardeo convencional sobre Pearl Harbor nunca se sabe cómo pueden acabar en Hiroshima y Nagasaki bajo la hecatombe de un solo hongo nuclear. ¿Exageración? Pregúntele a los japoneses, quienes en su atrevimiento inicial llevaban la penitencia de la absoluta claudicación terminante si no querían desaparecer del mapa por democrática orden del presidente de los Estados Unidos, con idénticos poderes al actual.

Lógicamente España pinta poco menos que nada en el damero maldito de la beligerancia entre el balandrón Putin y el añoso maquillado Biden; no digamos más después de la animadversión personal que existe entre los presidentes del Gobierno americano y el español ninguneado en el corte de naciones a consultar por la Casa Blanca. Pero esa respuesta de mandar la mejor fragata que tenemos y cuatro cazas, resulta tan patética como ridículo. Acojonados deben estar los "tovarich" con Sánchez, y todavía más pavoridos con el líder internacional Ximo Puig y su valida sanitaria Ana Barceló, princesa de los ingenios vacunales.

 

Y el corcel blanco, representante bíblico de la victoria sobre los otros tres desoladores jamelgos, y que Dios lo quiera, salgamos mejor liberados (en lo posible) de esta confluencia de postraciones y exterminios a los pies del Covid y sus oleadas. Vamos por la sexta, y ya se anuncia la séptima por algunos expertos, inmediatamente el gobierno, tanto nacional como autonómico, lo desmienten en vade retro, pero no convencen ante tanta contradicción sostenida y normativa cambiante. Lo cierto y paradójico es que aumentan los muertos a la vez que disminuyen los infectados (de momento).

La covid-19 pasará como pasó la peste negra, y tantas pandemias que en el mundo han sido, aunque no sabemos, y menos no lo van a anunciar nuestros gobernantes, cuántas olas quedan hasta llegar a la marea baja de la normalidad. Lo único que conocemos es que les ha cogido con el paso cambiado de la ineptitud.

El caballo blanco cabalga sin jinete cuando debiera montarlo Ximo Puig llevando a la grupa a Mónica Oltra y al podemita que se suba a la carrera, porque de retumbar cascos domados o desbocados del jaco de la esperanza, solo se lo deberemos a lo casual milagroso, no a lo causal en la praxis cotidiana de nuestros queridísimos políticos a sueldo. El voto exige respuestas.