| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Visita a la zona de investigación de la NASA en la cuenca minera de Riotinto (Huelva).
Visita a la zona de investigación de la NASA en la cuenca minera de Riotinto (Huelva).

Ya se puede visitar Marte sin salir de la Tierra

Las Minas de Riotinto, en Huelva, son el ecosistema más parecido que existe en el mundo al del Planeta Rojo. Los visitantes podrán recorrer los mismos paisajes en los que investiga la NASA.

| Manuela Herreros Andalucía

Nos adentramos en una de las comarcas con una de las historias más antiguas de Andalucía. Entre los ríos Tinto y Odiel, se encuentran las legendarias Minas de Riotinto, en Huelva. Explotadas desde hace más de 5.000 años, en la Edad del Bronce, en ellas trabajaron a lo largo de los siglos tartesios, fenicios, cartagineses y romanos.

Las minas de Riotinto son de las más antiguas del mundo y todas estas civilizaciones buscaban lo mismo: cobre, hierro y plata, y aún hoy en día la actividad minera continúa. De aquí salían los metales que se cargaban en los navíos que abastecían el mítico templo de Salomón y quedan restos de los asentamientos de los romanos, como una necrópolis.

Imagen de río Tinto, a su paso por la cuenca minera.

También fue el lugar en el que se estableció una importante colonia británica en el Siglo XIX, para la explotación minera de la zona y que dio un nuevo rumbo a la historia de la provincia onubense. En 1873 la compañía inglesa Río Tinto Company Limited compró estas minas, modernizó la maquinaria, racionalizó la explotación y extrajo más mineral en un año que antes en un siglo. No fue hasta 1954 cuando la mina volvió a manos españolas.

Pero a parte de la industria que supone para la zona, es un atractivo para los curiosos, ya que además de la estampa que ofrece el río de aguas rojas atravesando el paisaje, han conseguido convertir este peculiar entorno en un Parque Minero turístico, que cada vez amplía sus actividades.

Expedición al territorio que investiga la NASA

Los materiales rojizos de estas tierras tiñen el paisaje y las aguas del río, por la presencia de cobre y de hierro. Estas cualidades naturales han provocado la creación de un ecosistema único, de aguas densas por efecto de los metales, que apenas tienen oxígeno y albergan una importante biodiversidad de organismos microscópicos cuya presencia ha atraído a científicos de la NASA.

Los norteamericanos investigan desde el año 2000 la zona, debido a sus semejanzas con Marte, ya que se podrían dar formas de vida similares. Ahora podemos convertirnos por un día en astronautas, sin salir de Andalucía.

 

El Parque Minero ha creado una nueva experiencia que permite a los visitantes recorrer los lugares en los que la NASA, la Agencia Espacial Europea y otras instituciones llevan años realizando investigaciones y pruebas relacionadas con la exploración de Marte y otras misiones espaciales.

Un tren neumático traslada a los viajeros hasta enclaves espectaculares que podrán recorrer a pie, como La Tierra Roja o El Gran Muro Negro, que confirman las similitudes con el planeta vecino.

La huella británica que permanece en Riotinto

Otros lugares de interés que descubrirá el que se acerque a este enclave, es el Museo Minero de Riotinto “Ernest Lluch”, un antiguo Hospital de la Río Tinto Company Limited y hoy el edificio encargado de la conservación y restauración del patrimonio minero de la zona. Así como podrán colarse en la Casa 21, de época victoriana.

Pero la experiencia más demandada del Parque Minero es un viaje en ferrocarril. Para ello, han recuperado parte del trazado original de la vía que desde 1875 conectaba las minas con el Puerto de Huelva. En vagones de madera reconstruidos a partir de los planos del siglo XIX y con locomotoras que son joyas del patrimonio ferroviario mundial, recorren 22 kilómetros de distancia en un trayecto de ida y vuelta.

También la Peña de Hierro, o conocida como la mina Arco Iris, es uno de los parajes más bellos de la cuenca. Aquí se ha recuperado una antigua galería de más de 200 metros en la que los visitantes pueden sentir la emoción de la minería de interior y asomarse al mirador de la mina a cielo abierto para descubrir la paleta multicolor de un subsuelo rico en minerales, un auténtico arco iris bajo tierra.

Al viajero le llamará la atención el paisaje lunar de la denominada Corta Atalaya, una vasta explotación a cielo abierto que es como una pirámide invertida: un enorme cráter que alcanza los 335 metros de profundidad y tiene más de un kilómetro de diámetro, con una bajada en espiral, además, para camiones y excavadoras. Se trata de una de las más grandes del mundo.

Desde la Corta Atalaya se accede a la cueva de Pozo Alfredo, la Altamira de la geología, obra de arte de la naturaleza, espectacular joya cromática que vira del azul al verde en una gama infinita, sublime tecnicolor creado por la gran densidad de concreciones de mineral de cobre y hierro.

Imagen de las formaciones en Pozo Alfredo.

En definitiva un viaje extraño que no deja indiferente al visitante y permite conocer un poco mejor el pasado de esta comarca minera, en la que los británicos dejaron una profunda huella no solo en la tierra, sino también en la forma de vida de sus habitantes, como por ejemplo introduciendo por primera vez el deporte del fútbol en España, desde esta provincia del sur.