Sánchez viaja a Doñana de forma oportunista y no mide lo que se le puede torcer

Después de erigirse como el gran defensor del Parque Nacional de Doñana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pone rumbo al espacio natural y su visita está prevista este jueves en tierras onubenses. Un viaje que llega después de las palabras pronunciadas en el Congreso de los Diputados en las que ha exigido a la Junta de Andalucía que "retire sus planes, reconozca el error y frene el atropello" que, a su juicio, va a cometer en el Parque, con la proposición de ley sobre regadíos para dicho entorno.

Un discurso que, según todo apunta, va volver a pronunciar sobre el terreno y habrá que esperar a  conocer el recibimiento que le pueden dar los agricultores del Condado de Huelva afectados por el desinterés tanto de Sánchez y como del PSOE a sus problemas. Y es que los socialistas andaluces los han dejado en la estacada dos veces, una colocándolos en una situación irregular en 2014 y ahora votando en contra de la ley; mientras que el Gobierno central tampoco ejecuta las obras hídricas comprometidas desde que Sánchez llegó a Moncloa que aliviarían a Doñana y su entorno.

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Una visita arriesgada con muchas voces en contra

Una visita del presidente que acapara también especial interés, teniendo en cuenta que el jueves  también estará el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en Huelva para mantener un desayuno informativo con la Federación Onubense de Empresarios (FOE). Asimismo, está previsto quemantenga una reunión con el presidente de la Junta, Juanma Moreno, para abordar algunas de sus propuestas para hacer frente al problema que está provocando la sequía.

Pero a los agricultores enfadados y al PP reunido con los empresarios, se une que la proposición de Ley del Plan de regadíos de la Corona Norte de Doñana, presentado por PP y Vox  en el Parlamento, afecta a municipios gobernados por el PSOE, cuyos alcaldes apoyan a los agricultores y reclaman consenso:  Almonte (Mesa convergencia y PSOE), Moguer (PSOE), Bonares (PSOE), Rociana del Condado (PSOE) y Lucena del Puerto (Independientes por Lucena y PSOE). También la Diputación de Huelva, que avalaba los intereses de los regantes, está gobernada por el partido de Sánchez.

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Ahora Sánchez 'hace la maleta' rumbo al sur creyendo que ha encontrado una punto flaco con el que dañar al Gobierno del PP de Moreno y acude raudo para hacer campaña, olvidando que su destino es la provincia más carente de infraestructuras de toda Andalucía. Además, en los últimos días varios ministros como el de Agricultura, Luis Planas, o de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se han encargado de incrementar la tensión sobre Doñana y han criticando con dureza la propuesta del presidente andaluz, al señalar que engaña a los agricultores al prometerles agua que no existe y que atenta contra el acuífero.

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Todo ello, a pesar de que la proposición de ley, según la Junta, afecta a la ordenación de suelos que se encuentran fuera del Parque de Doñana, a unos 35 kilómetros, que pasarían de forestales a regables, pero en ningún momento otorga derechos de agua. Todo lo contrario, para obtener esa posibilidad de riego tendrán que hacerlo con aguas superficiales una vez que el Gobierno central ejecute esas obras hídricas (trasvase San Silvestre y presa de Alcolea). Además cada uno de estos regantes tendrán que demostrar que eran terrenos agrícolas antes de la regulación, para posteriormente estudiar uno por uno los casos por parte de la administración autonómica.