Pantoja: "Solo quería salvar mi patrimonio, no me importaba la casa"

Entre lágrimas la tonadillera Isabel Pantoja ha declarado en el juicio por la venta irregular de su vivienda en Marbella y se acoge al argumento del desconocimiento de las deudas que mantenía su empresa Panriver, para defenderse en el juicio que ha tenido lugar esta mañana en la Ciudad de la Justicia de Málaga.

La cantante ha declarado que no sabía las deudas que tenía la empresa con otras entidades y las operaciones realizadas para saldarlas, asegurando que dio un poder a su hermano, Agustín Pantoja, para vender la casa de Marbella (Málaga) "o pagar lo que se debiera", ya que tenía todos sus bienes como aval de dicho inmueble. Así ha manifestado que su intención era no perder su patrimonio.

Sólo quería salvar mi patrimonio, no me importaba la casa.

La Fiscalía malagueña pide que se le imponga una pena de tres años de prisión a la cantante y al otro acusado del delito de insolvencia punible por participar la empresa Panriver, de la que era administradora única, en una operación supuestamente irregular relacionada con dicha casa.

Una dura jornada para la tonadillera

Pantoja ha llegado a los juzgados poco antes de las 10.00 horas, acompañada por su hermano, que ha declarado como testigo, y ha entrado ayudada por guardias civiles rodeada de un gran número de cámaras y periodistas, congregados en las puertas de la Ciudad de la Justicia. Ya dentro, la vista se ha celebrado en la misma sala en la que se celebró el juicio por blanqueo de capitales por el que fue condenada hace nueve años.

Pantoja, abatida en el banquillo, llora ante el temor de volver a prisión

Las acusaciones sostienen que Panriver y otra empresa, Codabe, a la que la primera debía 114.000 euros, actuaron "en perjuicio de los derechos de créditos" de una tercera sociedad, con la que Codabe había reconocido una deuda de más de 800.000 euros, y llegaron a un acuerdo para pagar la deuda, con una quita importante.

Confianza en su hermano Agustín

La cantante ha asegurado que desconocía los procedimientos o deudas que existían y los embargos sobre las fincas; señalando que estando en prisión por su condena por blanqueo de capital dio un poder a su hermano Agustín, "para vender la casa o para que el banco se la quedara para pagar lo que fuera" ya que se iba a hacer ejecución del préstamo hipotecario. "Lo que mi hermano haya hecho, lo ha hecho bien, confío plenamente en él, moriría por mí y no me haría ningún daño", ha asegurado.

Además, ha declarado totalmente hundida que: "Mi problema no era la casa, mi problema grande era primero donde yo estaba, yo no quería esa casa, era realmente del banco, yo estaba pagando una hipoteca, pero el problema era que avalé esa casa con todos mis bienes, he trabajado toda mi vida", ha dicho llorando, apuntando que "si yo estaba privada de libertad no podía pagar, porque no podía trabajar".