| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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¡Atención!: Desmontamos el mito de la carne roja

¿Es cierto que la carne roja y la carne procesada provoca cáncer?. Te damos la respuesta

| Dr Jesús Sánchez Martos Belleza

¿Es cierto que la carne roja y la carne procesada provoca cáncer?

Si nos basamos, como debemos hacer siempre, en el rigor de la evidencia de la ciencia, no podemos afirmar que el consumo de carne roja o de carne procesada sean cancerígenas, siempre que como en tantas y tantas ocasiones, se consuma con moderación, tal y como aconseja nuestra dieta mediterránea desde hace años.

 

¿Estaba justificada la Alarma de la O.M.S. en 2015?

La O.M.S. publicó el 26 de Octubre de 2015 las conclusiones de un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, en el que se relacionaba directamente el consumo de carne roja y carne procesada con el desarrollo del cáncer de colon y recto.

En aquel momento una gran mayoría de científicos y divulgadores de la salud criticamos duramente este comunicado de la O.M.S. porque entendíamos que se trataba de una “alarma social innecesaria y sin fundamento”, basado únicamente en un estudio observacional, con todas las limitaciones que tienen este tipo de estudios. Ciertamente la propia O.M.S. matizó este comunicado a los tres días, asegurando que la carne roja era “potencialmente cancerígena”, dependiendo de la cantidad de consumo diario y que la carne procesada tenÍa un potencial cancerígeno mucho mayor.

 

Ahora se publica un nuevo estudio que desmiente los resultados de la O.M.S.

El día 2 de Octubre los medios de comunicación publicaban las conclusiones de nuevo estudio publicado en una revista de prestigio internacional, Annals of Internal Medicine, en el que 14 investigadores canadienses, polacos y españoles habían realizado un “metaanálisis” de mas de 100 estudios científicos concluyendo en sus recomendaciones que aquél comunicado de la O.M.S. no tenia fundamento y que podíamos continuar con el consumo actual de carne roja y carne procesada, porque no existe ningún riesgo de poder desarrollar un cáncer.

Un estudio especialmente criticado por muchos científicos y sociedades científicas, por los muchos errores metodológicos que han pasado por alto los autores del trabajo, mientras que otros grupos le dan la bienvenida porque con sus conclusiones desmontan la alarma de la O.M.S, creada en octubre de 2015.

 

¿La credibilidad de los científicos está en entredicho?

Una vez más la credibilidad de los científicos y por ende la de todos los que nos dedicamos a la divulgación de la ciencia y la salud, corre un verdadero riesgo, porque el ciudadano medio ante este tipo de noticias, de unos y otros, no sabe muy bien a quien deben hacer caso. La pregunta debería ser ¿por qué sucede esto con tanta frecuencia y sobre todo cuando se trata de nuestra alimentación, como ocurrió con el propio aceite de oliva, la sacarina, el azúcar, el colesterol y el huevo?

“No se puede matar al mensajero”. No se puede criminalizar el papel que tienen los medios de comunicación, que se limitan a publicar los comunicados de las instituciones públicas como la O.M.S. o las de una revista científica que acredita los resultados de un grupo de investigadores, aunque corremos el riesgo de que una opinión publicada, se convierta en “opinión pública” como sucede con frecuencia, sobre todo si el tema tiene el calado social suficiente como es este caso.

Deberían ser ellos, los investigadores, los editores de las revistas científicas y los responsables de las instituciones públicas, los que tuvieran presente que las distintas controversias entre sus resultados, debe ser discutidas en los foros científicos y que tendrían que hacer todo lo posible para llegar a “consensos científicos”, porque ese es el objetivo fundamental de cualquier sociedad científica. Y cuando lleguen al “consenso”, publicarlo y divulgarlo con rigor en los medios de comunicación para contribuir con ello a mejorar la salud de la población en todo el mundo.

 

¿Existe algún tipo de interés comercial o industrial para decir que estas carnes producen cáncer de colon y recto?

Al menos de momento, no disponemos de datos concretos que puedan confirmar si estas continuas controversias tienen algo que ver con conflictos de interés económico, industrial, comercial o político, pero tampoco se puede culpar al ciudadano si llegara a pensarlo, sobre todo si se recuerda la financiación de la O.M.S. o la de los múltiples estudios científicos que se publican diariamente. La propia O.M.S, en sus comunicados reclama continuamente que los científicos elaboren trabajos sin patrocinios comerciales y que pongan a su disposición todos los resultados de sus estudios y sus fuentes de información, para mejorar su credibilidad.

Pero también es cierto que, con motivo de esta controversia, nos recuerdan que la producción y la comercialización de ganado vacuno y bovino sobre todo, contribuyen de forma muy directa al peligroso aumento de la acumulación de gases de invernadero.

 

En definitiva, desde el rigor de la ciencia, ¿en qué quedamos, podemos comer carne roja sin riesgos para nuestra salud?

Ni en 2015 entendí la necesidad del comunicado de la O.M.S., ni entiendo ahora el de los investigadores de los que hablamos, al menos si nos referimos al consumo de carne roja y procesada en España, que no supera la media recomendada en nuestra “dieta mediterránea”, reconocida el 16 de noviembre de 2010 por la UNESCO como “patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad”.

Basta con analizar la pirámide de nuestra dieta mediterránea, para darnos cuenta que los especialistas en nutrición, epidemiología y salud pública, llegaron al “consenso” hace ya muchos años de situar a la carne roja y a la carne procesada en el vértice, lo que significa que se puede consumir sin riesgo alguno, siempre que lo hagamos con moderación, y sin superar las dos-tres raciones a la semana, teniendo presente que una ración equivale a 150 gr., lo que significa que no debemos superar los 400-500 gramos de carne roja o procesada a la semana.

Jesús Sánchez Martos

Catedrático de Educación para la Salud

Universidad Complutense de Madrid