| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La clave de una buena conservación está en la organización.
La clave de una buena conservación está en la organización.

Las claves para no intoxicarte según lo que metas en tu nevera

Aleja la cebolla y el chocolate del frío, perderán sus propiedades y crearán moho. Los expertos recomiendan poner orden en el frigorífico para evitar enfermedades y ahorrar en comida.

| ESdiario Belleza

Los frigorífios llegaron a nuestras cocinas para ayudarnos a conservar mejor los alimentos y retrasar así el desarrollo de microorganismos que, además de echar a perder la comida, perjudicaban nuestra salud. Sin embargo, existen algunos tipos de comida que no debemos refrigerar y otras que se conservan mejor según dónde las coloques en el espacio que ofrece el electrodoméstico.

Ana Andújar, gerente de la plataforma online Yocomobien.es, explicó al portal Infosalus las condiciones idóneas que tiene que tener una nevera para neutralizar los micróbios. En su opinión, el frigorífico tiene que estar entre los 4 y los 8 grados  para su uso correcto. Además, Andújar señaló que la clave del consumo de los alimentos en su estado óptimo reside en el orden. "Si organizamos de forma correcta el frigorífico, se pueden evitar una gran cantidad de enfermedades", concluyó.

La pregunta que nos hacemos ahora todos es: ¿organizo bien mi nevera? La experta revista estas cinco pautas para comprobarlo:

1. Los lácteos y los alimentos más frescos cuanto más arriba mejor.

2. En la puerta mejor las conservas, las mermeladas y las bebidas abiertas.

3. Los huevos en su sitio. Los modelos de frigoríficos más modernos traen un espacio habilitado para ello en el lugar menos frío del aparato.

4. Los embutidos y los alimentos cocinados deben conservarse en la parte central ya que el nivel de frío que necesitan es menor.

5. Sitúa los alimentos perecederos como la carne o el pescado en la parte más baja de la nevera porque así se beneficiarán más del frío. Aún así presta atención a las fechas, este tipo de productos no pueden permanecer demasiado tiempo en la nevera. 

6. Las frutas y verduras al cajón. Allí la temperatura no es tan baja. Echa un ojo a las fresas, las cerezas, las uvas, las zanahorias, la remolacha, las espinacas o el brócoli, tienen que estar en frío siempre. 

Si a la hora de guardar la compra tienes dudas sobre si meter o no en la nevera un determinado producto el mejor consejo es que leas detenidamente la etiqueta. El etiquetado te dirá si ese alimento necesita mantenerse en frío para su conservación. Si aún así no lo tienes claro, aquí tienes una lista de los alimentos que según la experta Ana Andújar nunca debemos guardar en el frigorífico porque pierden sus propiedades, causan moho o adquieren olores de otros alimentos:

1. El chocolate se vuelve blanquecino con el frío y su textura cambia desagradablemente.

2. La cebolla provoca la aparición de moho.

3. El ajo. Solo si lo troceas y lo guardas herméticamente.

4. Las patatas aumentan su cantidad de azúcar debido al frío y se convierten en un producto arenoso.

5. El café pierde su sabor y toma el olor de otros alimentos de la nevera. 

6. La miel perderá su textura sedora y se formarán critales debido al frío. 

7. Los cítricos, los plátanos y los tomates perderán su sabor.

Aprender a conservar bien los alimentos repercute directamente en la salud y en el bolsillo. Los expertos hablan del consumo responsable pero saber sacar partido a la nevera y tener claro qué meter y qué no meter es crucial a la hora de evitar las molestas intoxicaciones que nos restan calidad de vida. Además, gracias a una buena conservación no tendremos que tirar la lechuga que se ha puesto mala a los tres días o la carne que se pasa rápido y sacaremos mayor rendimiento a nuestro gasto en comida.

No sobrecargar el frigorífico, mantener los alimentos separados para que el aire circule entre ellos, no introducir comida caliente en la nevera, bajar la temperatura durante el verano, colocar primero los alimentos más viejos o cubrir herméticamente los productos son las pautas a tener en cuenta para darle una larga conservación a tus compras del supermercado y una buena salud a tu cuerpo.