| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Los condenados crearon perfiles falsos de mujeres jóvenes con cierto atractivo físico
Los condenados crearon perfiles falsos de mujeres jóvenes con cierto atractivo físico

Engañaban a hombres desde perfiles falsos en redes sociales de contactos

La Audiencia de Castellón ha condenado a la acusada a tres años y medio de cárcel y a dos años y medio a su compañero por delitos de estafa agravada

La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a una mujer y a su compañero sentimental a tres años y medio y dos años y medio de prisión, respectivamente, tras declarar probado que engañaron a tres hombres para que les dieran dinero en redes sociales de contactos mediante el uso de perfiles falsos.

La pareja deberá indemnizar con un total de 81.880 euros a los tres perjudicados por la cantidad defraudada, así como con otros 5.000 a uno de ellos por los daños morales que le produjo la estafa.

Los hechos ocurrieron entre los años 2011 y 2016 cuando, según el relato de hechos probados que hace la sentencia, los condenados crearon perfiles falsos de mujeres jóvenes con cierto atractivo físico en páginas y redes sociales dedicadas a los contactos.

Con esas identidades, fueron contactando con hombres interesados en conocer a esas mujeres y simulando que entablaban una relación de amistad.

"Estafa romántica o amorosa"

Después de ganarse su confianza, les contaban que atravesaban situaciones de penuria económica y conseguían que las víctimas les dieran dinero pensando que estaban ayudando a una amiga. La condenada llegó incluso a quedar con alguno de los perjudicados para conseguir sus objetivos.

Mediante esta actividad delictiva, que la Sala califica como una "estafa romántica o amorosa", defraudaron 21.500 euros al primero de los estafados, que pudo recuperar 9.500, y 7.900 euros del segundo perjudicado, que únicamente recuperó 2.900.

Para la última víctima, que llegó a entregar 67.480 euros, la sentencia contempla una indemnización de 5.000 euros por los daños morales que le produjo la presión psicológica y emocional con " continuos viajes a casas de empeño, casas de préstamos, bancos y otras entidades financieras para conseguir dinero y entregarlo a los acusados".