PP apunta a Puig como responsable del ‘burrogate’ y exige la dimisión de Mollà

La muerte de los 10 burros en extrañas circunstancias dentro de u proyecto antiincendios de la conselleria de Agricultura que dirige Mireia Mollà centra el debate político desde el viernes y hoy el PP ha pedido ya formalmente de la dimisión de la consellera, a la vez que ha señalado al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por mantener a Mollà en su puesto “para retener la presidencia a cualquier precio”.

La portavoz del PP en Castellón provincia y senadora, Salomé Pradas, ha reclamado hoy a Ximo Puig, el cese inmediato de la consellera de Agricultura y Transición Ecológica, Mireia Mollá, por “un programa de la propia Generalitat en el Parque Natural y que ha resultado un absoluto fracaso, lleno de irregularidades y con graves consecuencias”. “La macabra muerte de diez pollinos en el Desert exige del máximo responsable del Consell una acción contundente y ejemplarizante hacia la Consellera de Transición Ecológica, que no puede seguir en el cargo ni un minuto más”, ha subrayado. 

El ‘Cuarto Milenio’ de la muerte de los 10 burros de Mireia Mollà

“La gestión medioambiental de PSOE y Compromís en el caso de los burros del Desert es macabra. Incumplen toda la legislación que ellos mismos exigen. No ha habido ningún tipo de control de principio a fin de este proyecto que en su día la Conselleria de Agricultura vendió como un plan estrella y que ha terminado estrellado, y lo que es peor, con un coste en vidas para los animales altísimo”, ha asegurado.

“La ambición de Puig por retener la presidencia a cualquier precio es la que provoca muertes de animales, accidentes por falta de control cinegético y un ataque a la tradición que se consuma en la negativa del Consell a autorizar el cesto malla del parany”, señala la portavoz del PP.

A la consellera ecologista de Compromís se le mueren 10 burros

“A simple vista, todo el proyecto es completamente ilegal, un despropósito de mala gestión ganadera, medioambiental y de bienestar animal. Sin olvidar que los pollinos son especie protegida por estar en peligro de extinción. Los que debían velar por su seguridad se han convertido en sus verdugos, dejándolos a su suerte, sin hacer un seguimiento de ellos y sin control alguno, como demuestra el hecho de que sigan apareciendo animales vagando días después de desvelarse el caso”, ha concluido.