El Merlosplace tiene incluso repercusiones políticas, muy sonoras, algo folclóricas y en todo caso estruendosas. Las resume esta pelea tuitera.
El culebrón de Alfonso Merlos, con Javier Negre como estrella invitada, es el “pan y circo” actual en tiempos de pandemia: un entretenimiento, no sin bochornos, para olvidarse durante un rato del inmenso drama sanitario y económico que padece España. Y padecerá, desgraciadamente, por mucho maquillaje que se le quiera echar al asunto.
El show retroalimenta horas y horas en los dos canales de Mediaset, Telecinco y Cuatro, en programas informativos como el de Joaquín Prat y el de Risto Mejide o en los de entretenimiento como el célebre Sálvame de Jorge Javier Vázquez.
La mezcla de información sanitaria, bronca política y casquería está siendo histórica, con un a menudo sonrojante combinación de datos terribles con pantalones ligeros y despliegue textil de faldas más propio de la pasarela Cibeles.
Y alguna que otra bronca política de altura, como la que escenifican VOX y Jorge Javier Vázquez con Javier Negre entre ellos batiéndose el cobre y lanzándose a cuantas hogueras se prendan con serias posibilidades de salir achicharrado. Es sin duda el enfrentamiento a cara de perro más llamativo y a la vez folclórico del momento.
El periodista presume de que su programa es de "rojos y maricones", convierte el Merlosplace en una desintegración de la "derecha mediática" y pone a escurrir a Santiago Abascal cada vez que puede; todo ello mientras conecta con Antonio David para contar la última andanza de la casquería corazonera del momento Un frenesí. Pero ojo a la respuesta de VOX, tremenda:
Es indignante que a los españoles se les impida enterrar a sus muertos en familia y sí se permita a millonarios progres hacer tele basura.
— vox_es (@vox_es) April 27, 2020
Jorge Javier, tu programa se emite gracias a una concesión pública, la misma concesión con la que silenciaste una violación en directo. pic.twitter.com/WImHL0GIxM
A saco entra la formación de Abascal, poniendo el acento en la contradicción existente entre limitar funerales y permitir tertulias, como si la distancia social fuera distinta según el evento. Y la advertencia sobre la titularidad pública de la frecuencia de Mediaset es una advertencia, en toda regla, que el lector fino sabrá entender: lo que se da, a diferencia del aforismo de Santa Rita, aquí sí se puede quitar.
Hacía tiempo que nadie le callaba la boca al fascismo en prime time y con tanto estilo. Gracias @jjaviervazquez ❤️#RojosYMariconespic.twitter.com/ko1KPIwwkf
— Ada Colau (@AdaColau) April 27, 2020
Y para que nadie dude de este extravagante cóctel, ahí les queda la última palabra pronunciada: la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sumándose a la resistencia desde el confinamiento. Que siga la lucha. Un acabose.