La víctima que dejó por el camino Eva Sannum (y no fue el rey Felipe)

La que un día pudo convertirse en Reina de España, la noruega Eva Sannum ha decidido esta semana romper su silencio. Ha contado su verdad. Una verdad vivida por ella. Lejos de la realidad con la que cuenta ESdiario, quien ha tenido acceso a la versión de un Guardia Real que fue testigo de los hechos acaecidos en aquella época. Corría el año 2001. Este Guardia Real mantuvo estrecha relación con Don Juan Carlos desde 1996.

Al amor entre el Príncipe Felipe y la modelo noruega Eva Sannum se opuso rotundamente doña Sofía. El mediador para hacerle entender a un joven -pero no tanto- que la modelo no era la persona adecuada para sustituir a su madre fue Fernando Almansa, Jefe de la Casa de Su Majestad el Rey de España.

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El diplomático Almansa ocupó este puesto en el periodo transcurrido entre 1993 y 2002. La salida de Fernando Almansa tiene lugar tras emitirse el comunicado de ruptura del Príncipe Felipe. El ahora Rey de España siempre se negó a las pretensiones de Almansa. Al final el Jefe de la Casa gana esta batalla pero pierde el puesto.

Fernando Almansa fue el mediador de parte. No un mediador al uso. Almansa estaba totalmente de acuerdo con la reina Sofía. La consorte del Jefe de Estado español de aquella época tampoco aceptó años atrás a Isabel Sartorius. Los motivos de entonces era que el príncipe Felipe era demasiado joven.

 Vencedores y vencidos

Fernando Almansa fue la víctima de Eva Sannum o el peaje del Príncipe Felipe como perdedor.  En estas guerras familiares siempre ha habido un vencedor. Como sucediera años atrás con otro Jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, el fiel escudero y guardador de muchos secretos de cama del Rey de España. Don Sabino Fernández Campo tuvo que abandonar la jefatura por otro personaje, Mario Conde.

Sabino Fernández Campo nunca vio con buenos ojos la relación entre su jefe y el banquero. Su transparencia con Don Juan Carlos en este tema  le costó su oficio como mano derecha del Jefe del Estado.  Fernández Campo se fue a su casa y desde su ventana de su domicilio familiar en el edificio Colón de Madrid vio  como Mario Conde era condenado en la Audiencia Nacional.