Aquella anécdota hace que las dos mujeres y estrellas se hagan amigas. Durante años mantienen un estrecha relación pero la española siempre se arrepintió de algo. Tuvo la espina clavada.
Teresa Berganza y María Callas se conocen en Nueva York. Fue en los ensayos generales de una actuación en el Metropolitan. España aún vive en Blanco y Negro. El franquismo está en pleno esplendor del régimen. Berganza ya ha triunfado en nuestro país y cruza el charco. Allí se va a encontrar con la estrella estadounidense María Callas. Es la primera vez que Berganza actúa en Nueva York.
Teresa encarga a una modista madrileña un traje que ha visto de Channel. Encarga una copia de este diseño de la marca exclusiva francesa. Al llegar a Nueva York con su Channel falso se percata de que María Callas tiene el mismo vestido pero el original de la marca. Aquella anécdota hace que las dos mujeres y estrellas se hagan amigas. Callas tiene 10 años más que la española. Una nace en Nueva York en 1923 y la otra en en la capital española en 1933.
Durante años ambas mantienen un estrecha relación. Las cartas entre ellas son habituales. Berganza siempre "arrastró" una gran pena en relación a su amiga María. En los últimos años de Callas ya instalada en París, año 75 y 76, Teresa la llama con frecuencia. Nunca le descuelga el teléfono. En aquel momento, la mezzosoprano tiene la creencia de que su amiga tiene una vida social llena de días y noches. No le da importancia a que no le responda a sus llamadas.
En 1977 fallece la americana. La encuentran muerta en su apartamento parisino. La teoría del suicidio siempre estuvo presente. Teresa Berganza conmocionada cuenta a un gran amigo de ESdiario que se arrepintió toda la vida de no haber ido a París a verla. Berganza pensaba que era feliz su amiga. Y su amiga atravesó una depresión durante dos años que la llevó a la muerte. Hoy, allá donde estén, se habrán podido contar lo que callaron durante esos dos años de silencio. Y depresión.