Llega la nueva docuserie. Ahora, la de Tamara Falcó

Del imposible volver con Iñigo Onieva a casarse en unos meses. Así es la vida. Así debe ser el negocio. Tamara Falcó da un giro de 180 grados a sus intenciones. No de 360 grados. La marquesa de Griñón ha decidido regresar con su exnovio al que dejó por un ataque de "cuernos" y se convirtió en unas horas en la "víctima de España". Mucho más allá que la "viuda de España". De fondo, una sintonía como copla en toda regla. La bien pagá.

Íñigo Onieva da la vuelta al "nanosegundo" de Tamara Falcó y lo lleva a su terreno

Tamara Falcó e Iñigo Onieva disfrutan de la nieve. De los besos. De la pasión. Del amor. La vida es así de caprichosa. Serrat lo utilizaba con el azar. En este caso es la rentabilidad mediática que conlleva la económica. Tamara Falcó ha perdonado con otro anillo e inminente boda. Ahora es el turno de las explicaciones del perdón. En su revista y programa de cabecera. O programas. En esto es muy generosa la hija de Isabel Preysler que a medida que mueve sus sentimientos se aleja de ser la heredera de su madre en cuanto a forma de actuar. Cada día se parece más a Michu, la madre del hijo de José Fernando, que a la Reina de Corazones.

Tamara Falcó cambia de opinión, otra cosa es la credibilidad

Derecho a cambiar de opinión que conlleva otro modus operandi. Otra cosa es la credibilidad que puedan aparentar sus actuaciones. Tamara Falcó aparece en el Teatro Real para anunciar su sufrimiento y su renacer como mujer. Otra mujer. Otra vida. Aparece en Sálvame para acercarse al pueblo. Y días después en El Hormiguero para llegar a otro tipo de público. Al tiempo arrastran tanto Tamara Falcó como sus seguidores al cadalso a Onieva.

Segunda parte de la docuserie o cuento, al más estilo Rocío Carrasco. Ahora llega la otra versión. Tamara Falcó está enamorada. Incluso frente a la oposición de su madre que asegura que se la va a jugar de nuevo. Ella es mayor de edad y sabe lo que quiere. Quizás más ella que nosotros. Hasta ahora desconocemos si esto es amor o negocio donde crece el número de dígitos de su cuenta bancaria. Imaginamos que le habrá pedido perdón a su nuevo y estrenado novio (en segunda vuelta) por consentir que España perfilase la semblanza de un asesino de emociones e ilusiones.