| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmen Lomana, con su cirujano de cabecera.
Carmen Lomana, con su cirujano de cabecera.

Carmen Lomana se somete a un 'push-up' para estar mona ante los paparazzi

La socialité, de 74 años, ve que llega el verano y hay que estar presentable para la prensa rosa, así que ha salido corriendo a su cirujano estético de cabecera para unos arreglillos.

| P. Morales Chismógrafo

Carmen Lomana ha dado al pistoletazo de salida a la ‘operación bikini’ y no con una dieta, precisamente, sino con un retoque aquí y otro allá, un poquito de ácido, otro poquito de estimulación…

La socialité ya se ve en la playa rodeada de paparazzi y no quiere que las fotografías que vendan este verano a la prensa del corazón den alguna pista de las 74 primaveras de su palmito millonario.

Lomana, en una de sus miradas al espejo, ha detectado que el paso del tiempo es implacable y que tiene unas flacideces que no le favorecen nada allá “donde termina el trasero y empieza el muslo. Ahí tengo como una badana… blandita”.

Así se lo contaba a un cirujano estético con el que tiene gran amistad, porque es retocador de cabecera, mientras se levantaba la falda y le explicaba que “esto que se cae aquí es lo que quiero levantar”, mientras se señala con la mano ante la atenta mirada del doctor.

Claro, que todo tiene una explicación: “Como yo no doy un palo al agua, no hago gimnasia, no hago nada…”, decía mientras se le olvidaba que tiene 74 tacos. Eso sí, deja muy claro cómo se le tiene que quedar el culo: “Por supuesto, no quiero un trasero a lo Kardashian poque me horroriza. Lo quiero como cuando tenía 30 años… 0 20”.

 

El doctor le cuenta la solución: no hay que meter prótesis ni dada por el estilo… de momento. “Se trata de un diseño de glúteos que combina dos técnicas: el ácido hialurónico, pero no el facial, el corporal, y también estimuladores de colágeno. Con eso conseguimos el efecto ‘push-up’, conseguimos reafirmar y también trabajamos la flacidez”. Lomana interviene: “’Push-up’, para que la gente lo entienda, es levantar”.

Lomana se sienta ante una pequeña mesita donde cuenta las dosis que se va a inyectar en el trasero: “Uno, dos, tres… diez”. El médico le comenta que “y como no quieres que te grabemos nada del culete…”. “Ay, no, no me voy a poner aquí con el culete en pompa, que me vea toda España…”, responde ella.

“Pues ya veremos los resultados”, le comenta el médico. “Sí, en la playa, ya verás tú todos los paparazzi siguiéndome todo el día”.