Gustavo González desvela el contenido de los audios de Casillas: "Asfixiante"

Mucho se ha hablado estos días de las verdaderas razones de la ruptura del siglo, la de Iker Casillas y Sara Carbonero, que ha supuesto un disgusto colectivo porque la pareja se había convertido ya en una "marca que denotaba felicidad, equilibrio y concordia" y quizá por ello los rumores de separación eran "desoídos por un público que idealizaba el paradigma del amor eterno en la pareja que emocionó hace once años a un país entero con un romántico beso que forma parte de nuestra historia".

Son las palabras del paparazzi y colaborador de Sálvame Gustavo González este lunes en La Razón, donde va un poco más allá asegurando que "la última etapa de su aparente idílica vida en Oporto fue un suplicio. Solo soportable por no compartir espacios comunes y tener la mínima relación que exigía la imagen familiar para sus hijos".

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Más aún, aunque en verano lograron disimular la distancia con la coartada de que el Covid les impedía viajar, "la realidad es que Sara estuvo en Corral de Almaguer arropada por los suyos e Iker se refugió en su querido Navalacruz apoyado por sus amigos de siempre. Parecía que tras un verano de reflexión habían encontrado un equilibrio que les permitía respirar y hacer vidas separadas".

Pero es que González ahonda incluso en los famosos audios de Casillas de los que ya habló Kiko Matamoros antes de que se hiciera pública la ruptura y señala que Iker se los envía a una amiga y que han supuesto la "gota que colmó el vaso de su desamor" porque "Sara no quiere a su lado a alguien que cuenta que se siente asfixiado en una relación rota".

Unas confesiones en las que el exfutbolista "justifica algunas de sus poco éticas conductas por varapalos que recibió en el pasado. Dibuja en el autorretrato a una persona atormentada" y ella dijo basta. 

Y eso que, según González, "había soportado y perdonado que no la ayudó lo suficiente para superar su enfermedad" algo que ella misma dejó en evidencia cuando agradeció públicamente a su hermana y a su madre su cariño y devota ayuda.

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Casillas también dejó sola a su mujer cuando falleció su abuelo materno y cruzó las líneas rojas del convenio de mutuo respeto al que habían llegado, de modo que Sara se quedó sin excusas para seguir al lado de alguien que se siente asfixiado a su lado.

El caso es que, a juicio del paparazzi, Iker se desahogó con quien no debía y la indiscreción de esa amiga ha enturbiado su imagen.

Sea como fuere, concluye, ahora la pareja ya no tiene que simular más una relación que lleva rota casi dos años y él podrá disfrutar "de la casa de sus sueños en el número 18 de Pintor Rosales".