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Ortega Cano planta cara a los peores presagios ante la ausencia de su hijo
El torero reapareció en la plaza de toros de Benidorm y salió a hombros por la puerta grande. Observándole de cerca estaba su hija Gloria y su novia, Ana María Aldón.
Cuando José Ortega Cano anunció que volvería a los ruedos muchos se llevaron las manos a la cabeza. No era para menos. Preocupaba que, sin tener una buena forma física, se enfrentara a la ferocidad de los morlacos en la plaza de toros de Benidorm. Pero el diestro no hizo caso a los comentarios funestos y, como estaba esperado, compareció en la corrida benéfica que tuvo lugar el pasado domingo 18 de julio. Junto a él, Morante de la Puebla y José Mari Manzanares. Los tres brillaron en una jornada en la que Ortega Cano cortó cuatro orejas.
Una tarde verdaderamente triunfal que no quisieron perderse sus más allegados. Su mujer Ana María Aldon, que llevaba en brazos al pequeño José, y su hija Gloria Camila apoyaban desde el tendido la faena del torero. Pero, una vez más, José Fernando se convertía en la nota discordante al no acudir a una de los acontecimientos más importantes de su padre.
Un comportamiento que, sin ningún género se dudas, aumenta los rumores sobre su recaída, la misma se su familia no ha dudado en desmentir en varias ocasiones. Insisten en que sigue su recuperación y que ya no escribe en renglones torcidos. Sin embargo su relación con Michu, un antiguo amor tóxico, presagia todo lo contrario.
