| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Lara Dibildos.
Lara Dibildos.

La herencia de Lara Dibildos: 3 valores incalculables que le dejaron sus padres

Es la heredera universal de José Luis Dibildos y Laura Valenzuela. No hay otra. De la crematística, poco hay que agregar, pero ESdiario sabe cuál es la que nunca se gasta ni se pierde.

| Jesús Manuel Ruiz Chismógrafo

 

 


El fallecimiento de Laura Valenzuela deja de protagonista a su única hija y su orfandad. Lara Dibildos pierde a su padre, el conocido productor José Luis Dibildos en 2002 y este pasado viernes día 17 de marzo a la su madre.

Lara Dibildos es la heredera universal. No hay otra. La mayor herencia que recibe de sus padres es la humildad y la sencillez. Y en tercer lugar, la capacidad de trabajo que demuestra cada vez que se suma a un proyecto. Todo está por hacer. Nada está conseguido. Es lo que le inculcaron Dibildos y Valenzuela a su hija Lara. Desde niña. Y ahora, hay cosecha. Y de las buenas. La prensa es conocedora y se lo devuelve con respeto.

 

Trabajó con Teresa Campos en televisión. Fueron los años de Día a Día en Telecinco. Lara no estaba como "hija de…", todo lo contrario. Llegó a la televisión y sus inicios fueron desde abajo. En el lugar donde se absorbe el oficio. Su paso por el programa de Campos comenzó como una redactora más. Mejor dicho, abundante de redacción. No había distinción. En aquella época tres hijas de famosas deambulaban por el programa: Lara Dibildos, Alejandra Prat y Rocío Carrasco. El mismo perfil y diferentes situaciones. Lara se integra en el programa con sus compañeros de base. Los otros casos fueron otras historias.

Lara Dibildos comenzó desde abajo cuando decidió ser actriz

Lo mismo sucedió cuando decidió que iba a ser actriz. Su primer paso fue dar clases de interpretación en una escuela privada. La primera puerta que se le abre es la del Teatro Muñoz Seca bajo la producción de Enrique Cornejo. Lara Dibildos llega como una actriz. No como una estrella. Participa en las producciones a todo gas. Lo ejecuta todo. Desde salir al escenario hasta conducir una furgoneta para trasladarse a pueblos de España para hacer bolos (actuaciones en las que se gana lo que se recauda en taquilla). Aquí también comenzó desde abajo. Sus compañeras del teatro conocen esta realidad.

Ella lo hace porque considera que es su trabajo. Necesidad real no la tiene. La herencia de sus padres. Otras con mucho menos, mucho menos, infinitamente menos, se han comportado como divas. No damos el nombre porque hoy la única protagonista es la hija de Laura Valenzuela en su papel de "no hija".

Lara Dibildos es el resultado de una educación exquisita entre un padre y una madre. Se mire por donde se mire. Y esa es su mejor herencia. La que nunca se gasta ni se pierde. De la crematística, poco hay que agregar. Es hija única, heredera universal y ya ha percibido uno de los grandes patrimonios de este país. En silencio y desde la humildad. Y trabajando.