Los Pantoja a los tribunales: el meollo de la acusación contra el "tío Agustín"

Que Kiko Rivera está en pie de guerra, es cierto. Que su guerra ha quedado absolutamente opacada por el ciclón Carrasco-Flores, también. A pesar de ello el hijo de la Pantoja continúa con su lucha legal contra todos aquellos que han vulnerado, según él, alguno de sus derechos legítimos sobre la herencia que le legó su padre.

La pasada semana José Antonio Avilés anunciaba en el programa Viva la Vida que el hijo de Paquirri, había "interpuesto una querella contra su tío Agustín Pantoja por al menos dos delitos penados en nuestro Código con varios años de cárcel".

Una querella contra Agustín Pantoja de más de 70 folios

Delitos entre los que destacamos el de "estafa" justificados, según Avilés, "en una querella muy armada, de más de 70 folios". El titular resulta bastante escandaloso, pero ya se sabe que una cosa es lo que piden los abogados y otra muy distinta lo que pueda solicitar la Fiscalía, una vez finalizada la instrucción, si la causa es admitida, o lo que determine el juez ante las pruebas aportadas.

El meollo de la cuestión procesal no es otro que, la querella de Kiko está fundamentada en el mal uso que durante todos estos años se habría hecho del llamado "poder de ruina". Un poder firmado por Rivera por voluntad propia, a favor de su tío.

Un poder general que permite a la persona que se le otorga administrar, que no disponer, de los bienes de la persona que cede sus derechos. En el mundo jurídico este poder tan extenso es definido como "poder de ruina", porque una mala gestión de dicho patrimonio, por parte de otra persona puede dar lugar a la ruina total o a la pérdida de dicho patrimonio, como consecuencia de malas acciones o de malas decisiones.

Los abogados de Rivera creen que Agustín Pantoja nunca veló por sus intereses

Los abogados de Rivera entienden que dicho poder ha sido mal utilizado por Agustín Pantoja, quien, según ellos, nunca habría pensado en los intereses de su representado, sino en los de su hermana, Isabel Pantoja, para salvar la finca Cantora, sobre la que han recaído ya varios embargos.

En esta querella se propone además que preste su testimonio como testigo la propia Isabel Pantoja, parte interesada.

La cosa judicialmente está complicada pues Kiko deberá demostrar que la firma de dicho poder la llevó a cabo sin estar en plenas facultades. Algo como digo muy complicado de demostrar ya que dicho poder, se prolongó durante muchos, quizás demasiados años, sin el que el hijo de la Pantoja mostrase interés alguno por saber realmente el uso que se hacía de ese poder cedido.

Dicho de otra forma, la responsabilidad recae no sólo sobre el apoderado, al que se le exige actuar de buena fe y siempre velando por el interés del verdadero titular de los bienes, como el poderdante persona que tiene la responsabilidad de solicitar cuentas sobre la gestión de su poder. Algo que nunca se habría solicitado por parte de Kiko Rivera, hasta el día de hoy.

Kiko Rivera cuenta con la oposición de una persona clave: su madre

Además, Kiko cuenta con la oposición de una persona fundamental en esta historia, su madre. Todo el que conozca mínimamente a Isabel Pantoja sabe que jamás declarará en contra de su hermano, la persona en la que confía y en la única que se ha apoyado en sus peores momentos.

Por su parte, Agustín no se ha quedado quieto, anuncia demandas contra el honor, contra su sobrino e Isabel no le ha pedido que las pare. No piensa en esta ocasión cuidar a un hijo que la ha señalado en los platós de televisión. La Pantoja ha dicho basta y no piensa ceder. Así que se nos presenta un año jurídico complicado para el clan Pantoja.

Seguiremos informando.