| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Anabel ha tenido que enfrentarse al pasado
Anabel ha tenido que enfrentarse al pasado

Anabel Pantoja ajusta cuentas con el pasado para cerrar una herida muy dolorosa

La sobrina de Isabel Pantoja ha tenido que enfrentarse a uno de los dramas de su vida. Era algo que Anabel arrastraba desde su infancia. Llegó la hora de plantarle cara a su historia vital.

| ESchismógrafo Chismógrafo

La vida de Anabel Pantoja no ha sido un camino de rosas. Está marcada a fuego por su padre, Bernardo Pantoja, el verso suelto del clan. Durante años, el hermano de Isabel hizo de su capa un suyo. Se dejó mecer en los brazos del lado oscuro y protagonizó historias para olvidar y que han proporcionado grandes quebraderos a los suyos.

En 1991, Bernardo fue detenido e ingresó en prisión por un presunto delito de robo de documentos bancarios, falsificación y estafa. El hermano de Isabel Pantoja actuaba en comandita con Mercedes Romero, que trabaja como limpiadora en diferentes empresas de las que sustrajo cheques que, posteriormente, Bernardo Pantoja se encargaba de falsificar.

Dada la gravedad de la situación, la policía quiso contactar con algún miembro del clan Pantoja para ponerles en antecedentes. Hicieron varias llamadas al número de teléfono que Isabel tenía en su casa de la Avenida Ramón de Carranza pero la persona que contestó al otro lado, hasta en dos ocasiones, negó que allí viviera ningún integrante del famoso clan. Por supuesto, el número que tenía la policía era bueno.

Bernardo Pantoja tenía 33 años cuando se casó con Mercedes Bernal, una discretísima funcionaria. La pareja tuvo una hija, Anabel. Sin embargo, poco duró la felicidad y se separaron. Isabel Pantoja siempre ha apoyado a su cuñada sabedora de cómo se las gasta su hermano. Así las cosas, su sobrina ha pasado largas temporadas con ella. De ahí la relación tan estrecha que mantienen, que se hace extensible a su tío Agustín y a su abuela materna.

Durante años, Bernardo ha sido pasto de reporteros con pocos escrúpulos que no han dudado en grabarle cuando estaba muy perjudicado. Esas terribles imágenes han llegado a ver la luz. El hecho de que haya sido un padre apenas ocupado y preocupado, junto con su forma de vida, ha hecho que se distanciara de su única hija.

Bernardo Pantoja ha dado muchos disgustos a su familia

Lo cierto es que Anabel ha sufrido mucho por no poder tener a su progenitor cerca cuando más lo necesitaba, en su infancia y adolescencia. Su familia la ha tenido entre algodones para que no se enterara de nada. Sin embargo, nunca faltan personas con ganas de fastidiar que te pongan al día de lo que se cuece.

Otra fuente de pesar para Anabel Pantoja han sido los espectáculos públicos que Bernardo ha protagonizado. Y no solo ante las cámaras, también en el barrio sevillano donde vive. De él dijo su primo Chiquetete: “Es el mejor de la familia, lo que ocurre es que tuvo una meningitis y eso le afectó al comportamiento”.

El no cuidarse como debía la diabetes hizo que al hermano de Isabel Pantoja tuvieran que cortarle una pierna. Anabel lloró al ver a su padre en esa situación. Carmen Gahona intermedió para que Bernardo concediera una entrevista en televisión poniendo a caldo a los Pantoja. Intentó convencerle diciéndole que con el dinero que sacara, podría trasladarse a una casa con ascensor o bien instalarlo en la que vive.

Cuando Bernardo descubrió lo que tramaba Gahona, entró en cólera y la puso en su sitio. Aunque es público y notorio que no es bien recibido en Cantora, jamás saldrá de su boca una mala palabra hacia los suyos. Tampoco permite que nadie diga nada de Anabel y, en este sentido, la mujer de Chiquetete también metió baza. Anabel fue la primera sorprendida por el comportamiento de su padre y le dijo que estaba muy orgullosa de él. Desde entonces, el contacto entre ambos en más fluido. Ella está muy pendiente de él y se ocupa de que lleve una vida ordenada. Por su parte, Bernardo empieza a hacer un poco de caso a su hija y eso se nota. Bien está lo que bien acaba.