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Kiko Matamoros vuelve de vacaciones con la pistola cargada y amenaza a sus jefes
Siempre se suele esperar que los colaboradores que se van de veraneo regresen, amén de más morenos, con las baterías recargadas y más relajados... pero nada más lejos de la realidad.
Lejos de volver relajado y cargado de energía positiva después de sus vacaciones de verano, Kiko Matamoros ha regresado a su puesto de trabajo en Sálvame de lo más cabreado y con la pistola cargada, que se dice.
Tanto es así que vuelve con la firme convicción de que por mucho que le guste su empleo en el programa de Telecinco, si tiene que marcharse, se marchará: "A mí me gusta Sálvame, yo quiero a Sálvame, pero no me gustan cosas que han pasado en los últimos meses, como la forma en la que se ha tratado el tema de Rocío Carrasco en este plató o eldespido de Antonio Canales del otro día. A mí me gusta mi trabajo pero, si un día tengo que irme, me iré", dijo prácticamente nada más volver al programa.
Kiko Matamoros cree que a Antonio Canales no se le trató bien con su despido
Y es que Matamoros siente que el programa (sus jefes, vamos) podrían haberle comunicado de otra forma a Antonio Canales que ya no iba a continuar siendo colaborador.
Pero no es lo único que le ha molestado. También se mostró dolido por la participación de Makoke en La última cena y así lo expresó: "No me ha gustado porque, durante un tiempo, yo he considerado esto mi casa. No sé cuánto habrá costado traerla, pero tampoco sé lo que aporta".
Sobre la serie de Rocío Carrasco, la espinita que Matamoros tenía clavada desde que se fue de vacaciones, el colaborador explicó que ya ha visto más capítulos del programa, pero que no querido verlo entero y repitió que "nadie ha tenido pelotas" de decir las cosas como verdaderamente las piensa en cuanto a este tema.
